viernes, 11 de marzo de 2016

De climas y vida cotidiana

Canción para acompañar la lectura: https://www.youtube.com/watch?v=rL6DfqGpUx4


Vientos que llenan la mirada de ramas, nevadas en lugares nunca antes vistos, lluvias inesperadas y fríos hasta la médula son algunos fenómenos climáticos que nos ha tocado vivir en pleno marzo.
Más allá de lo anecdótico que significa vivir en un país surrealista en el cual todos los estados del tiempo conviven un mismo día, lo que está sucediendo es una alerta grande, es un mensaje de la naturaleza que dice: me están volviendo loca.
Lo cierto es que llevamos años volviendo loca a la naturaleza con nuestras acciones, por un lado unas de las industrias descaradas que no se preocupan por sus manejos de desechos, su devastación ambiental; entre transgénicos, talas masivas, minería a cielo abierto, derrames, incontables ecocidios... y por el otro lo que cada uno hacemos en nuestra vida cotidiana.
Los primeros factores son situaciones que sólo de manera organizada y con exigencias a las empresas y Estados podremos ir combatiendo pues además de que en muchos casos involucran violaciones graves a derechos humanos, contribuyen a la destrucción de el único planeta hasta ahora vivible (de los conocidos).

Es urgente alzar la voz y que la inteligencia e ingenio humano se enfoquen más en la conservación, en la creación de energías renovables, en opciones sustentables, se recupere el trabajo de la tierra , se disminuyan las sustancias tóxicas en las industrias, se deje de saquear ecosistemas, entre muchas más cosas.

El caso de los segundos factores, los que corresponden a nuestra responsabilidad más individual, desde mi punto de vista pueden ser opciones inmediatas que vayan haciendo menos estragos, algunos ejemplos que nos comprometen con esta labor de cuidar la vida y que no implican muchos esfuerzos cotidianos son:

- Usar recipientes para recuperar el agua cuando lavamos trastes o nos bañamos (después eso puede servir para el escusado por ejemplo).

- Dejar de usar desechables:

- podemos llevar un termo para no usar vasos de unicel.
- evitar el uso de POPOTES.
- cambiar la toalla sanitaria por la COPA MENSTRUAL
- reemplazar los pañales desechables por algunos ecológicos o de tela.
- y si ya usamos desechables intentar REUTILIZARLOS O RECICLARLOS o por lo menos NO TIRARLOS EN LAS CALLES.
- llevar bolsas de tela para el súper

- Reciclar las hojas de papel

- Sembrar más (en jardines o en macetas o donde se pueda) y recuperar las sabidurías relacionadas con la autonomía alimentaria libre de fertilizantes químicos.

- Para lxs fumadores (si se puede dejar de fumar) y sino por lo menos evitar tirar las colillas en las calles pues contaminan el suelo y el agua y el aire.

- Dejar de comparar cosas que no necesitamos e intentar reparar lo que ya tenemos.

- Usar menos el coche e intentar CAMINAR MÁS, USAR MÁS LA BICI, EXIGIR MEJOR TRANSPORTE PÚBLICO.

Estas son algunas ideas pero seguramente hay muchas más que lograrán ir cambiando nuestra cultura desechable por una más consciente.

La naturaleza nos agradecerá que podamos cambiar ciertos hábitos pero sobretodo lo agradeceremos nosotros y nosotras pues si seguimos así no será raro que en poco tiempo muchos más podamos morir aplastados por árboles o porque nos llevó un tornado.