domingo, 27 de marzo de 2022

Mi tatuaje o sobre dolores, autonomía, crecimiento y paz

 Una muela del juicio me quitaron unos días antes de que me hiciera mi primer tatuaje; no dejo de pensar en por qué se llamará así: muela del juicio, fantaseo pensando que hace muchos años, alguien descubrió que una parte del juicio de los seres humanos se guarda debajo de los dientes, atrás de la boca, de donde salen las palabras más profundas. Y entonces me pregunto: ¿De dónde viene nuestro "juicio"?, ¿Qué es exactamente?, ¿Qué significa perder el juicio?

Y entonces pienso en los juicios dentro de los juzgados y mi primera respuesta se relaciona con el hecho de que el juicio es nuestra capacidad de distinguir lo que es justo y lo que no; que raro que un tema tan importante no lo había analizado hasta este momento, en el cual, con dolor de muela, siento que sí he perdido algo de juicio, y ¿quien no pierde tantito (o mucho) juicio con el dolor?

Y entonces pienso que estamos en un mundo doloroso, y con falta de juicio en muchas personas que toman decisiones basadas en cosas no importantes para la mayoría, sino para un grupo pequeño privilegiado que se beneficia de las guerras, del capital, de la explotación de la naturaleza. Ojalá hubiera juicio para vender y regalar que llegara a los hombres que toman decisiones como matar, destruir, invadir, explotar, etc.; sin embargo no nos quedan más que métodos artesanales de crear nuestros propios juicios. ¿Cómo se forma el juicio?

La verdad no tengo una respuesta, pero tengo un acercamiento:  se forma cuando sabemos distinguir lo importante de lo no importante, sin duda es todo un reto y más en un sistema que nos bombardea de cosas no importantes que no permiten poner atención a las importantes.

Por eso decidí tatuarme, aunque no tenía ganas de tener más dolor, me pareció que era una buena forma de no olvidarme de lo que es importante para mí en estos momentos y que estoy casi segura que lo será hasta que me muera: la certeza de que a pesar de que el mundo tenga muchas personas sin juicio en el poder, a pesar de que las grandes empresas y gobiernos estén colapsando muchos ecosistemas, a pesar de los feminicidios, de la violencia, de las muertes de personas queridas, de la desigualdad y bueno a pesar de los muchos pesares. Siempre quiero poder mirar mi tatuaje y recordar que hay tantas cosas bellas, como las amigas que cooperaron para que me lo hiciera, como una mariposa que vuela, como una flor que nace, como el agua que hidrata, como el cielo estrellado, como una luna llena, como un abrazo de alguien amado, como el sabor de una fruta, como un atardecer, como una comunidad que se cuida entre sí, como una persona que decide hacer el bien, como cuando aprendemos algo nuevo, como la risa de una niña y un gran etcétera de "cosas" intangibles que motivan para luchar por una vida mejor.

Irónicamente los tatuajes son esa posibilidad de convertir el dolor en belleza y es un dolor elegido, además. Mientras me lo hacían, pensaba en las personas que han sentido dolor sin haberlo elegido, a quienes torturan, quienes han estado en guerras, quienes enfrentan enfermedades, quienes son víctimas de la violencia... y me sentí muy privilegiada de poder elegir mi dolor, sentí que con esa libertad pude recuperar un poco mi juicio.

También me sentí algo triste y frustrada pues me encantaría que todas las personas pudieran evitar los dolores que no merecen sentir y elegir conscientemente los que sí... tal vez  así, sería más fácil recordar lo que es importante y construir su propio juicio.

Por último, debo decir que como me recordó mi querida amiga Artemisa, los tatuajes también son medios de comunicación y muchas veces puertas para conversaciones y aquí viene el segundo acercamiento con el cual considero que se forma el juicio: con el diálogo.

Hablemos de lo que es importante para cada unx, pero sobre todo de lo que a largo plazo es importante para todxs, como el cuidado de la vida, de nuestra Tierra, de la paz que también se construye de apoco, pero en conjunto.