La vida y sus etapas son aspectos difíciles de enfrentar.
Cada quién tiene diferentes formas de asumir los cambios que trae el tiempo, tanto en el cuerpo como en la mente y en el corazón; vivimos los procesos según muchos factores, algunos que decidimos, otros que aprendemos y unos cuantos más, que nos "tocan".
Pienso que los más importantes son aquellos que a lo largo de la vida nos marcan, es decir, nos enseñan cómo enfrentar las situaciones, ya sea por que lo vivimos en carne propia o porque tuvimos la oportunidad de convivir con personas que nos dan una lección.
En lo personal, me considero afortunada pues he tenido la suerte de conocer y convivir con diferentes personas que me han enseñado mucho de la vida, hoy quiero hablar principalmente de dos de ellas:
mis abuelas.
Ambas, tan diferentes, una "conservadora" la otra "liberal", una inquieta y que ha tenido que hacer de todo para salir adelante y la otra que tuvo que enfrentar diferentes duelos para recuperar las ganas de vivir, ambas saliendo de sus países natales por amor, rebelándose para conseguir lo que querían y reinventando sus vidas con el deseo de formar una famila.
Las miro y pienso en la importancia de aprovechar la posibilidad de relacionarnos con seres humanos no sólo de diferentes edades, sino con historias que nos enriquecen.
Las mujeres y los hombres de la tercera edad, forman parte de nuestra sociedad de diferentes maneras, unas más justas y dignas que otras; en las que se les permite compartir sus experiencias a través de diferentes medios, crearse, recrearse y transformarse de manera constante, así como disfrutar más que padecer los cambios que a nivel biológico ocurren.
Viendo a mis abuelas me queda claro que la "tercera edad" no es una etapa fácil de enfrentar, sin embargo creo que puede llegar a asumirse con tranquilidad, conciencia y madurez de manera que la preparación para la muerte se dé en ambientes de calma y satisfacción.
Para eso considero importante que desde ahora, todos y todas nos pensemos como sujetos que pueden ir construyendo su propia historia y en la medida de lo posible cumplamos nuestros sueños y deseos, además de que disfrutemos la etapa en la que estamos y convivamos con esos seres maravillosos como las y los abuelos que tienen tanto que dar y recibir.
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