Me sumergí para buscarla; tome valor pensando las veces que nadamos juntos en el mar, no quise pensar en lo oscura, turbia, sucia y peligrosa del agua, omití los objetos que flotaban y recordé que no tenía nada que perder, la inundación ya se había llevado todo.
Después de un tiempo, la encontré. Ya no respiraba, la lleve a la orilla y la apreté con mi cuerpo.
Entre tanta agua perdí la noción del tiempo, mis lágrimas también se perdieron. Mientras estaba en mis brazos se hizo de noche. Recordé el hambre que tenía y volteé a ver al cielo, maldiciendo su inmensidad líquida, maldije también el momento en el que tomamos la decisión de venir aquí y cumplir nuestro sueño de la casa en la playa, intenté ubicarla a lo lejos, no se veía más que el techo.
Comenzó a darme un poco de miedo pues la noche traía consigo imágenes escalofriantes y la idea de que esto no terminaría jamás. Deseaba que llegara pronto la ayuda, grité con todas mis fuerzas para literal, desahogarme. Nadie respondió, - Gobierno de mierda- pensé, siempre se ha distinguido por su ausencia, claro, recordé, es 16 de septiembre, los militares deben estar haciendo su desfile en lugar de estar aquí y salvar vidas, odié todo.
Intenté dormir, fracasé en el intento, me preguntaba cómo había logrado sobrevivir.Tal vez por mi miedo al agua, ahora ya ni siento que estoy en ella.
Decidí soltarla, se la llevo la corriente, me sentí más sólo que nunca; extrañé el calor de su cuerpo, la arena y mi vida con ella, mi vida antes de esto.
Al final me quede dormido, por suerte, era urgente escalar niveles de conciencia y salir un rato de esta realidad.
Soñé que al amanecer me despertaba el sol y quería escribir nuestra historia, sin embargo no contaba ni con papel ni con plumas, nada.
Nada pensé y me desperté.
Nade hasta que pude volver a empezar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario