Más allá de recordar todos los momentos de emoción que pasé los días de reyes ilusionada por recibir sorpresas, escuchar, ver u oler alguno de los animales en los que se transportaban Melchor, Gaspar o Baltazar; este día de reyes quisiera recordar algunos de los regalos no materiales, más valiosos que recibí de mis reyes magos, pues el último tiempo y debido a mi búsqueda de independencia, he podido hacer un recuento de algunas de las principales cosas que agradezco de haberlos tenido de "roomies" todos estos años, han sido muchas pero por ahora describo algunas de las que me parecen más importantes (perdón si soy cursi):
Me aceptaron como soy: no se si porqué no les quedaba de otra jijii pero se acostumbraron a tener una hija como yo, acompañaron algunas de mis locuras, escuchaban mis opiniones y apoyaron mis decisiones aunque no siempre estuvieran de acuerdo.
Me consintieron: Hasta la fecha encuentran las maneras de ponerme contenta con muestras de cariño variadas, sorpresas, llamadas, letreros, comida especial, detallitos, viajes, entre otras cosas y además lo hacen de manera equitativa con mi hermano para que no haya pleito jiji
Me enseñaron la importancia del cuidado de mí misma: "llévate un chipiturco" diría mi papá y con ello me estaba diciendo "cuídate" y creo que una de las frases favoritas de mi mamá era: "si no te cuidas a ti misma, nadie te cuidará", lo cual es mentira porque ellos siempre nos están cuidando, pero agradezco que me hayan hecho consciente de mi cuerpo, de mis necesidades y me hayan enseñado por ejemplo a nunca salir sin desayunar, no hacer cosas que no quiero, usar casco (y hasta rodilleras y coderas si se puede) para andar en bici y patines (bien sexy yo cuando salía a patinar -.-) llevar un botiquín y provisiones al viajar y obviamente comer frutas y verduras.
Me ayudaron a ser responsable: relacionado con la confianza del punto anterior, siempre me hicieron comprender que para ser libre debo ser responsable, lo que implica que asuma las consecuencias de mis actos, termine lo que empiece y elija con consciencia del impacto que pueden tener mis actos en mí y en los demás.
Confiaron en mí: nunca escuché un "no te creo" o "estás mintiendo" de su parte, para ellos mi palabra vale y eso me ha dado mucha seguridad para sentirme bien con quien soy y tener confianza también en quienes me rodean.
Me hicieron consciente de la importancia de escribir: en la cajuelita del coche de mi papá se guarda un cuaderno que va llenando cada que pone gasolina, dice que eso hacía su papá y con ello, además de llevar el control del auto, iba relatando algunos de los acontecimientos más importantes de su vida; ese pequeño detalle ha despertado en mí las ganas de relatar de diferentes formas lo que me sucede, como una manera de tener conversaciones conmigo misma, hasta la fecha, escribir es de mis mayores placeres.
Me ayudaron a ser ordenada: “El flojo trabaja doble” dice mi madre y varias veces lo he comprobado, me he tardado mucho en encontrar cosas por no tener orden y así es como comprendí que, aunque a veces cueste un poco más de esfuerzo, es mejor mantener ordenados los diferentes espacios pues además el orden externo influye en el interno y viceversa.
Me obligaron a ahorrar: en una cultura en la que la mayoría de la gente vive en la inmediatez, la seguridad que puede darte tener dinero ahorrado es algo muy valioso, por eso el mejor consejo de mi padre en cuanto a las finanzas siempre ha sido "no gastes lo que no tienes" y entre que soy coda y no me gusta mucho ir de compras, ahorrar es un buen hábito que pongo en práctica de manera cotidiana.
Me hacían disfrutar muchas cosas de la vida: una de mis anécdotas favoritas de cuando era pequeña es el sonido que varios años hacía con mi boca en el momento de comer, decían que era como un "mhmm" que haces cuando algo te gusta pero de manera continua y es que comer en mi familia, siempre ha sido un ritual que se disfruta, una oportunidad de conocer nuevos sabores, de conectarme con mis sentidos y eso se los agradezco pues de alguna manera en cada etapa de mi vida han influido para que mi hermano y yo estemos en contacto con las cosas que vale la pena disfrutar como el juego, el deporte, el baile, las reuniones y así recordar cada que es posible que en esta vida hay mucho que disfrutar y es importante luchar por ello para tenerlo y para compartirlo.
Me enseñaron la importancia del esfuerzo: tengo una mamá y un papá trabajadores, afortunadamente están cada uno en trabajos que les gusta, claro que les ha costado esfuerzo, aunque también formamos parte de una clase privilegiada y como tal, me han enseñado que el esfuerzo vale la pena de manera individual pero también y sobre todo de manera colectiva, pues los privilegios que tengo, los merecen los demás.
Me motivaron a rodearme de personas valiosas: desde pequeña se encargaron de que pudiera convivir con diferentes personas, me metían a clases para hacer amigas y con su ejemplo me hacían notar que una de las cosas más importantes que vale la pena cuidar y procurar son las relaciones. Hoy por ejemplo, estoy construyendo un hogar con mi prima y eso ha sido mucho gracias a que procuraron que mantuviera buenas relaciones con quienes me rodean y construya redes de apoyo:).
En fin, son muchas las cosas que han aportado a mi vida, por ahora mis reyes magos están construyendo de nuevo su vida sin hijos en casa, y yo cada vez estoy más agradecida de las herramientas que me ayudaron a construir y que hoy dan frutos en mi vida independiente.
Espero un día ser un rey mago al menos la mitad de genial de lo que fueron y son ellos; aunque al final nunca fueron reyes, sí son mágicos.
Estoy segura de que habrá muchos otros en el mundo de esos reyes (y reinas obviamente) que sabemos que no importa donde estemos, si nos independizamos o no, si nos convertimos en lo que querían que fuéramos, cumplimos o rompimos sus expectativas; como sea harán su mayor esfuerzo para que nos sintamos bienvenidos en este mundo y en un hogar, y podamos seguir poniendo nuestros zapatos, con la ilusión de que estarán para respaldar nuestros pasos.