Estuve a punto de rendirme y no escribir nada estos días, pero llegó esta newsletter a recordarme el poder de la escritura y heme aquí (si es que se escribe así)
Resulta que entre la maternidad y el viaje a México, no he tenido tantos momentos en los que pueda sentarme frente a la hoja blanca y tal vez por eso, a veces siento que mi cabeza-corazón no terminan de aterrizar, pues escribir es una de mis pistas de aterrizaje favoritas y la tengo un poco descuidada.
Desde que nació Tiago, he ido volando sin rumbo definido en los cielos del cansancio, la emoción extrema, la gratitud, la frustración, la felicidad, el caos y muchos otros cielos que he ido descubriendo; y lo de aterrizar ha sido un reto mayor.
Pero a veces hay que poner el freno de mano al ajetreo cotidiano, y eso intento hacer cada día con las actividades de mamá; de por sí ya sentía que el amamantar, el arrullar, el pasear en carriola y todos esos actos que no hacía antes de ser madre, tienen algo de meditativos, conforme Tiago va creciendo, lo puedo ver aún más.
Creo que no hay un golpe más fuerte para el paso del tiempo que ver a un ser humano crecer ,y es que sigo sin entender cómo es que, en los dos meses que estuvimos en México, Tiago aprendió a sentarse, a comer, a aplaudir, a imitar sonidos y casi a gatear. ¿Qué aprendieron ustedes en dos meses?
Yo aprendí, sobre todo, una cosa: la maternidad se vive un día a la vez; bueno, dos cosas, la segunda es: la colectividad es de lo más necesario en la maternidad. Y una tercera, no compren pijamas de bebés con miles de botones jiji
Por eso, este escrito, además de ser un recordatorio para todas las madres de que vivamos un día a la vez, poniendo la mayor atención posible a cada instante (porque pasan rapidísimo) ; también es un agradecimiento a todas las personas que, en estos 7 meses de vida como madre, se han hecho presentes de diversas maneras.
Gracias a ustedes, esto cada vez se vuelve más disfrutable.
Y aunque volver a México como mamá, fue fuerte y me recordó lo mucho que extraño , sobre todo a mi familia y amistades, me sirvió para mirar con otros ojos a mi querido país y llegar a mi otro hogar inspirada para seguir uniendo los dos mundos.