Las historias familiares son como tatuajes que lleva el alma y que en ocasiones siente y vive el cuerpo.
Quizá son el origen de mucho de lo que somos y conociéndolas estemos conociendo un pedacito de nosotros mismos; la familia es de los misterios que no elegimos y que tanto influye en nuestra vida.
En mi caso, con el paso de los años, voy tomando más conciencia de mis orígenes y encontrando con mayor frecuencia aspectos de mi forma de ser que coinciden con diferentes familiares, lo que hace que cada vez más, me sienta feliz de formar parte de esta historia.
Este mes, ha tenido una gran "carga" familiar pues es el mes en el que nació uno de mis abuelos, aquel que no conocí y que sin embargo en ocasiones siento que tenemos mucho en común. Es del lado de mi papá, el de refugiados españoles, llegó junto con sus hermanos y padres a México durante la guerra civil y reconstruyeron su vida como muchos otros en la misma situación.
Ingeniero de la UNAM y trabajador de Luz y Fuerza, llevó luz a colonias marginadas y entrego su vida por su trabajo y su familia, cantaba, actuaba, escribía, tomaba fotografías, bromeaba, enseñaba, entre muchas otras cosas más que me han contado y que me ha tocado ver en el carácter de sus diferentes hijos.
Falleció joven y desde ahí mi abuela ha vivido con altas y bajas depresivas, extrañándolo como sus hijos y enojada por haberla dejado; enojos que al día de hoy ya se han convertido en enfermedad, en ganas de irse tras él a donde quiera que esté.
Esos enojos además, se multiplicaron recientemente con la decisión del gobierno de Calderón del cierre de Luz y Fuerza, con lo que concluyeron los homenajes que año con año se le hacían a mi abuelo en las instalaciones de esa compañía, además de que un sindicato y sus familias se desmoronaba.
Sin embargo después de tiempos de malas noticias hoy es lindo saber que se han ganado batallas, por ejemplo: un sobrino de la familia junto con otros abogados ha logrado hacer justicia para que los trabajadores del SME reciban lo que les corresponde; coincidencias de la vida que vuelven a juntar al apellido con causas parecidas (http://www.jornada.unam.mx/2012/10/14/opinion/020a1pol).
Este apellido me ha tocado llevar y con ello no sólo historias sino también ideologías, genética; responsabilidades y compromisos, formas de ver el mundo que se sienten cuando nos juntamos en la gran familia que somos las y los de Buen.
¿de Buen qué? en ocasiones me preguntan y las múltiples respuestas las encuentro en mi historia familiar y en quiénes la conforman, en mi abuelo, en mi papá y en cada ser humano que ha tenido la fortuna de tener ese apellido que es como un vuelo que nos ha colocado en diferentes posiciones en este mundo para desde ahí ser lo mejor que podamos como profesionistas pero sobretodo como personas.
Es Octubre y nos acordamos de ti abuelo y agradecemos por la familia que somos; no cabe duda que te diste en esta vida tanto que te fuiste pronto y hoy nos hace falta tu humanidad, inteligencia y gran corazón, hoy la abuela cada vez tiene más ganas de irse adonde estés, contigo, dejar de ver este mundo que ya la ha deprimido y cansado demasiado.
Hoy contenta recuerdo un poco de ti, que al final también es recordar y construir un poco de mi.
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