Andar contenta por la vida es mejor cuando se comparte. Acá compartiré algo de lo que vivo,de lo que pienso, de lo que siento...con las palabras nos descubrimos, nos construimos...
domingo, 15 de marzo de 2020
Primer partido de Pumas femenil en CU o cómo crear remedios contra la pandemia
Desde antes de nacer he asistido a estadios de fútbol, sin embargo, tuvieron que pasar 30 años de mi vida y más de 50 años de la vida del Estadio de CU para que las mujeres pudieran ocupar ese espacio como jugadoras profesionales.
Los años no son nada en comparación con todas las personas, en su mayoría mujeres, pero también hombres, que hemos soñado con este momento, que hemos luchado para que llegara este día, que hemos tocado puertas (no sólo en el fútbol) para ocupar los espacios que también merecemos las mujeres.
El día de ayer, 14 de marzo de 2020, 22,289 personas debutamos en esa cancha como espectadores de la igualdad que se va logrando en el fútbol femenil, pero ¿en serio queremos igualdad?
Yo más bien vi un estadio diferente, fresco, interesante. Considero que con este debut y los que han sucedido en muchas otras canchas a lo largo del país desde hace 3 años, se abrió la posibilidad de que, el fútbol se llenara de otras vibras, otros gritos, otros sueños. Con el pretexto de la igualdad, en realidad se abrió la oportunidad de hacer las cosas diferentes.
Con todos los años que llevo conociendo de cerca lo que pasa en el fútbol profesional, confío en que este nuevo capítulo de fútbol femenil, trate de transformar ciertas cosas del varonil, por ejemplo, gran parte de los directivos han olvidado que los jugadores son personas y no sólo viven de la buena paga, que el fútbol también es político y no sólo entretener masas, que la unión de los diferentes equipos puede traer beneficios colectivos, que en la medida en la que se siga promoviendo la educación de las y los jugadores, los beneficios sociales serán mayores y muchas otras cosas más que debemos seguir reflexionando, criticando, transformando hombres y mujeres.
El día de ayer pude comprobar que el Estadio de CU es enorme, como quienes decidieron que no le gritarían a la persona que traía la playera del rival, o como quienes no ofendieron a ninguna de las porteras o como las hermosas porras-consignas que entonó la recién nacida Barra Feminista.
Felicidades a las jugadoras de Pumas y a las jugadoras de Cruz Azul que fueron parte de este sueño hecho realidad en la cancha, también felicidades al cuerpo técnico, la Directiva del equipo de la UNAM, las instancias del gobierno de la Ciudad y todas las personas involucradas en este paso importante. El camino aún es largo, pero se siente que se va avanzando a buen rumbo.
El 2020 está siendo un año que recordaremos por la pandemia de coronavirus, pero también uno en el que la otra pandemia del machismo, que se ha llevado a tantas mujeres y que nos llena de dolores y violencias cotidianas, comience a tener algunos remedios.
Conquistar un Estadio como el de CU, no cura la enfermedad, pero ayuda a sentirse mejor.
Ayer, una pequeña niña de 11 años me dijo que ella quería jugar ahí algún día, espero que no la decepcionemos.
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