Pasó otro mes y llegó una nueva persona a nuestra familia.
¡Ya soy tía!
Y sí, se llama María y la voy a conocer pronto, por suerte.
Llegó a los pocos días de que falleciera mi tía Mary en Argentina y como dice mi sabia prima, a veces unxos se van para dejar espacio a los demás, lo bueno es que nuestro corazón no sabe de espacios y por eso no se llena, aunque a veces parece que están llenos de felicidad, por ejemplo. Nuestros corazones son refugios infinitos.
Agosto me llevó al Harz y allí entendí por qué existen los cuentos de los hermanos Grimm, por supuesto, los bosques, sus criaturas, la belleza, la naturaleza, la magia. Que bueno que el nombre de María empieza con la misma letra que magia y que mujer y que mariposa.
Y que lindo que recién este mes pude conocer y cuidar a una niña, que se llama Mía y desborda energía, inteligencia, emociones encontradas todo el tiempo. Los niños saben muy bien lo que es sentir alegría cuando ven una jirafa, pero también tristeza por su encierro y aún así disfrutarla. Quiero saber qué disfrutará María.
Así es como me siento a veces en Berlín, feliz-triste. Y poco a poco voy descubriendo por qué y cómo puedo prestar más atención a lo que me da fuerza y no tanto a lo que me la quita.
Es curioso como van creciendo mis identidades y se me van añadiendo títulos como este nuevo de "tía" (que ya tenía un poco en España -tukutunps-): hija, amiga, hermana, colega, trabajadora, novia, esposa, migrante, paciente, estudiante, pareja, nieta, visitante, etc... y somos un continuum, que se busca y a veces se refugia en modos de ser. ¿Qué son los refugios?
Y luego pienso en mi abuelo paterno que huyó de la Guerra Civil Española y el título: "refugiado" lo marcó toda su vida - ¿Realmente México fue un refugio para él?
Y luego pienso en las chicas "refugiadas" con las que comencé a trabajar este mes; todo un reto, entre los alemanes, los diversos grupos, las distancias y la cruel realidad.
Ojalá, sobre todo, podamos al menos ofrecerles espacios seguros, porque ese título de "refugiados" a veces parece más de "expulsadas", hasta que las sociedades, en especial los gobiernos, logren condiciones de dignidad, de paz, esperanza en el futuro que desde lo que pude ver, no estamos tan cerca de eso.
malditas guerras
Aunque es irónico que sin ellas yo no existiría.
Ni María.
Y hoy aquí estamos, en este mundo caótico, en el que buscamos refugio, que a veces son personas y otras lugares, muchas veces recuerdos, otras sabores, canciones, escritos. ¿Cuál es tu refugio?
A veces siento que lo que escribo es mi refugio,
ese lugar en el que me deposito, para volver a mí.
Al final, "somos nuestro propio refugio":
Me repito mascando un alfajor, que encontré hace un par de semanas en una tienda latina y que fue un pasaje a mi infancia, cuando mis abuelos maternos me los traían de su tierra natal,
Y así hablo con Andrea de niña, que probó el chocolate con dulce de leche y se olvidó de todo lo demás, viviendo el presente, con mi hermano, que ya es papá, ¿será él refugio de María como lo son los nuestros con nosotros?
¿Puede el presente ser también un refugio?
Mi abuela paterna se llama María del Refugio y entonces todo cobra sentido, claro que mi abuelo encontró refugio :)
Que el amor siempre sea uno de nuestros mejores lugares de seguridad, refugio y felicidad.
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