Se terminó ya el ciclo escolar, el "zoomestre" como le dice mi queridísima maestra y ahora colega Marlene a quien le agradezco infinitamente.
Desde este ciclo pude desempeñarme como docente de Educación No formal 2, para estudiantes de 6° semestre del Colegio de Pedagogía en filos, UNAM, mi alma máter y a donde me hace muy feliz haber regresado, aunque sea virtualmente (por el momento)
Debo confesar que fue una experiencia retadora y que la educación en línea no es mi actividad favorita, sin embargo me tocó un gran grupo que mantuvo mis esperanzas hasta el último minuto de que a pesar de las crisis, la pedagogía puede salvar vidas.
En las sesiones pudimos jugar, reflexionar sobre la Educación más allá de la escuela o permanente, como prefiero llamarle (gracias a María Teresa Sirvent) y construir un espacio de confianza en el que aprender colectivamente se volviera posible, a pesar de los micrófonos y cámaras no siempre disponibles, pero la voluntad se sentía en cada sesión.
A lo largo del semestre, las y los estudiantes trabajaron en proyectos que venían desarrollando el semestre pasado y pusieron en práctica algo de didáctica, investigación, redacción, conducción de grupos, desarrollo de materiales, lectura de comprensión, colaboración, comunicación, etc. Lo cual lograron plasmar de diferentes maneras en sus entregas finales, las cuales pueden conocer en el siguiente enlace: Más allá de la escuela- les recomiendo mucho que se den una vuelta :)
Aprendí mucho de este grupo, y cada vez estoy más convencida de que la educación más allá de la escuela es un campo de batalla en el que me gusta estar y en donde los y las pedagogas tenemos mucho que aportar...
De lo que más disfruté de todo este proceso fue poder conocerles a través de sus biografías educativas y con ellas motivar la reflexión a cerca de nuestro "estar siendo" que siempre trasciende el espacio escolar, también disfruté mucho escuchar sus reflexiones sobre lo que significa crear experiencias educativas positivas y sus aportes con respecto al reto constante de crear espacios en donde se democratice el conocimiento, se valoren otros saberes más allá de los "académicos" y se construyan metodologías más críticas, lúdicas y desescolarizadas que den paso a relaciones más horizontales y sociedades menos injustas.
Gracias infinitas al grupo que me dio la oportunidad de acompañarle y crecer un poquito más como pedagoga; será emocionante ver cómo lo aprendido lo aplican en sus carreras y cómo las generaciones que están dándolo todo en la pandemia, nos ayudan a construir nuevas y mejores formas de ser y estar.
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