Vi donde crecen los espárragos, es como si alguien los empujara desde abajo y les ayudara a mantener el equilibrio, sin ramas, sin tronco, ¿o son su propio tronco?, creo que hay que aprender de su capacidad de mantenerse de pie a pesar de los vientos en estas tierras.
Por primera vez me tocó marchar en Europa, nunca había estado cerca de tantas personas en contra de la guerra, ojalá sirviera de algo que pidamos por paz.
Fue el cumpleaños de mi pareja y le hice un pastel que quedó más o menos, por suerte él come todo con placer por no tan bueno que esté y me tiene tanta paciencia que cuando hago platillos medio gachos , solo me dice: tranquila, sí te quedó rico. Quiero aprender a sacarle sabor a cualquier momento como él.
De cumpleaños le regalaron unos discos de vinil y por primera vez bailé salsa con chanclas alemanas y calcetines, es cómodo de lo que pensaba.
Nos regalaron también una planta de chiles, la veo tan contenta en su maceta, creciendo y pienso que tal vez la vida es encontrar una buena maceta y con ella poder cambiar de sitio sin perder lo esencial.
A mi composta ya le empezaron a crecer nuevas plantas desconocidas, es emocionante como uno dispone situaciones y la vida se expresa a su manera libre y sorpresiva.
Maia, que tiene casi 3 años y es una niña a quien cuido de vez en cuando, me hizo una canción en alemán, todavía no la entiendo muy bien, pero cuando menciona mi nombre cantando me hace sentir contenta.
Vinieron Dídac, Camila, María; en un mismo mes se sintió bien recibir amistades queridas, cuando enseñas el lugar donde vives a "turistas" es como si volvieras a ver su belleza.
Fuimos a bailar salsa al aire libre , se sintió como en la buena época de Mamarumba: sudor y ritmo; se me había olvidado la condición física que se necesita para mover el bote.
Este mes sólo lloré una vez y ya no fue escuchando canciones de Abba que me recuerdan a mí mamá, fue un día cualquiera en el que me dio nostalgia la vida en general y me comí un "ZumbaPica", es decir un dulce con chilito, a veces la vida es enchilarse y seguir o por lo menos eso aprendí en México.
Organicé mi primer día Mundial del Juego y a pesar del clima con viento, lluvia y frío, se sintió bien traer un pedacito de lo que soy a estas tierras
Participé en mi primera Constelación Familiar y confirmé que las conexiones son infinitas, fuertes y la valentía nos debe acompañar para sanar.
Seguido pienso en mi abuelo español, si supiera lo bien que me ha hecho tener un pasaporte de la Unión Europea. Es molesto que el mundo sea tan selectivo.
Mayo terminó, ya veremos que trae junio, pinta muy bien.
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