miércoles, 16 de noviembre de 2011

Te.li.Mi

http://www.youtube.com/watch?v=Z-cLghaD_nU&feature=fvst

El final del cuatrimestre esta a la vuelta de la esquina y con ello un montón de pendientes e inquietudes.

Las instancias de evaluación cada vez se acercan más tanto en la Universidad, como en los asuntos personales que he vivido durante este tiempo, pues al acercarse el regreso, es inevitable pensar en todo este recorrido e intentar analizarlo y dentro de lo que cabe, evaluarlo; como una forma de reflexionar y de poco a poco ir "cerrando" esta etapa.

Una de las situaciones "reflexionables" de esta semana se relaciona con un comentario por parte de una maestra, quien al entregarme un examen y relacionarlo con la Biografía Educativa que había realizado anteriormente, me hizo ver mi dificultad para concretar ideas, pues desde su punto de vista "quiero abarcar todo".
Este comentario, no me sorprendió pues reconozco esa dificultad (o facilidad?), sin embargo, me generó cierta inquietud en cuanto a un tema: los límites.

¿Qué límites tenemos? ¿Será que el conocerlos nos permite superarlos?

Yo creo que sí, que una de las principales labores consiste en identificarlos, tanto a  los internos como a los externos.

En este momento me viene a la mente un ejemplo que Laura Fronjosa alguna vez utilizó en una clase y que no se me olvidará y se relaciona un poco con lo que quiero expresar; ella nos dijo:

"Si estas jugando tennis en el último piso de un edificio  (terraza, azotea, etc) ¿cómo te sentirías más libre, sabiendo que en las paredes hay límites que no permiten que se vaya la pelota? o ¿sin saber que existen esos límites y la pelota puede volarse?"

En ese momento cada quién respondió como quería, en mi caso, saber de los límites me hacía sentirme más libre y eso muy probablemente por la posibilidad de moverme con mayor "seguridad".

Sin embargo el segundo caso también me llama la atención pues saliendo un poco de la metáfora, no saber qué límites tienes y ponerte a prueba, puede generar que los sobrepases que te "extralimites", que caigas en excesos; que la pelota se vuele y posiblemente se pierda. (No todos estan dispuestos a perderse).

Con todo esto me gusta pensar, más que en los límites que cada uno tenemos, en las posibilidades, en esa contraparte que nos deja movernos.

Podemos estar limitados pero no determinados, siempre está la posibilidad, aquella que nos puede hacer perdernos
pero la misma que nos permite encontrarnos.

3 comentarios:

  1. Excelente reflexión, el tema de los límites que conocemos o estamos conscientes de ellos, siento, que nos limita al momento de tomar decisiones, pero al mismo tiempo creo que con un poco de ambición, podemos tener un conocimiento más claro de lo que somos capaces de hacer.En mi caso, esos límites me ha hecho ser más ambicioso, creo que las cosas que consideraba "límites" desaparecen cuando te encuentras con un deseo incontrolable de conocer o experimentar algo. Por ejemplo, nunca me había sentado a escribir algo, pero conociendo mis límites al momento de expresarme con palabras y reconocer que soy PÉSIMO, me hace intentar comunicar mi forma de ver las cosas. Para concluir, siento que debemos darnos oportunidad de explorar y explotar nuestros límites, si no fuera por esa ambición jamás podríamos aventurarnos a CONOCER personas nuevas o simplemente a experimentar cosas que a nuestro parecer están fuera de nuestros límites. La verdad no sé si me di a entender, pero me siento bien, que por primera vez tuve el valor de sentarme a escribir lo que siento! :) que estés muy bien! :)

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    1. Al escribir arriesgamos que, quién nos lea, entienda lo que quiera y pueda...arriesgarse como bien dices es parte de conocerse y conocer a los demás.
      La ambición a un lado de los deseos incontrolables que mencionas, nos puede llevar a sentirnos bien e intentar mejorar eso que consideramos que nos sale pésimo, no todos se atreven a enfrentarse con sus límites, felicidades por hacerlo y gracias por escribir y darte a entender! un saludo!

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  2. ¿Qué sería de nosotros sin ellos? Sin la seguridad que nos brindan y sin ese deseo ardiente que nos genera querer transgredirlos? Sea cual sea nuestra actitud frente a los límites, me parece que en general, los más fuertes, los más difíciles y contra los cuales libramos las peores batallas son los que nos imponemos nosotros mismos, mucho más que aquellos que nos vienen desde afuera.

    Fer O.

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