lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Qué guía nuestras acciones?

Ya comenzó el último mes del 2013 y con ello es inevitable pensar en cerrar algunos ciclos, para esto, he decidido reflexionar sobre lo que ha significado este año.
Ya terminé las materias de la universidad y el servicio social y estoy cerca de concluir la tesis; hasta ahora no tengo un trabajo fijo y me he dado cuenta que un gran porcentaje del año me he dedicado a realizar labores sin remuneración económica. En el lenguaje de algunas personas se puede decir que este año he sido una "NiNi" (para los que no sepan Ni estudio Ni trabajo)
Sin embargo, lo cierto es que he tenido muchas otras satisfacciones y con ello he ido sacando algunas conclusiones al intentar responder la siguiente pregunta.
¿Qué guía nuestras acciones?
Supongo que son múltiples las respuestas y dependen de muchos factores; sin embargo  cuando volteo a mi alrededor, observo que para muchas personas uno de los principales factores que hace que realicen o no una actividad, se relaciona con las ganancias que les va a generar, en muchos casos de dinero; basta detenernos un poco y analizar lo que sucede en nuestro país, con la corrupción tanto en el gobierno, con funcionarios o policías que agilizan trámites sólo con mordidas o en algunas empresas en las que me he enterado que piden cuotas extras los trabajadores por "debajo del agua" para cerrar contratos o realizar pagos. De igual  manera, una de las primeras preguntas que hace la gente para cualquier cosa es ¿qué me darán a cambio? ¿cuánto cuesta? ¿ es gratis?
y así pareciera que como dice Emir Sader (http://www.jornada.unam.mx/2013/11/12/opinion/018a2pol) vivimos en un mundo en que todo se compra, todo se vende, todo tiene precio; incluso las acciones.
Es claro que por el sistema en el que vivimos, sobretodo los que estamos en las ciudades y no tenemos la fortuna de ser como los zapatistas, necesitamos el dinero para transporte, para comida, para salud, para educación y para muchas otras cosas que el Estado no garantiza y que cada vez más se han mercantilizado como parte del neoliberalismo (que ha convertido cosas que eran derechos en servicios costosos); sin embargo, este año me ha permitido valorizar prácticas que resisten a estos intentos de vender y comprar hasta las acciones, prácticas que las personas realizan por la satisfacción que les genera, por estar convencidos de que actuar con y por los demás, por aportar lo que son sin esperar nada a cambio, por conocerse a sí mismos y vivir nuevas experiencias sin ser recompensados con dinero, esas prácticas voluntarias, las cuales he tenido la fortuna de realizar y compartir sobretodo al formar parte de la Fundación México Juega, en la que todos y todas las que estamos ahí, lo hacemos de forma voluntaria y gracias a otros y otras voluntarias que nos han apoyado hemos podido realizar ya bastantes cosas para promover y defender el derecho al juego (que también se ha ido mercantilizando y muchas personas creen que jugar es ir al casino o que si no se gana nada no se juega).



En fin, este año de labores voluntarias y de convivir con varias personas que aún realizan cosas sin esperar nada a cambio me da esperanzas sobre el ser humano que aún es capaz de actuar con conciencia, sin avaricia y por convicción.

Estoy segura de que mientras existan más actos por voluntad y menos por dinero, será más fácil construir una sociedad más justa, más libre, más digna.


 (Voluntario: Se aplica a la persona que realiza acciones de forma libre y consciente.)



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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Vida de la Patada

El apogeo del fútbol por la eliminatoria mundialista ha traído a mis pensamientos muchas cosas acerca de este tema en mi vida.

Primero  porque el simple hecho de mi existencia probablemente se lo deba a este deporte.
Mi abuelo, gracias a sus patadas en el fútbol, llegó a este país junto con mi abuela, tuvieron a mi madre, quién conoció a mi padre que casi también llega a ser profesional y "heme" aquí.
Mi tío siguió los pasos de su padre "El Morocho" y se dedicó al fútbol profesional, a lo que actualmente también se dedica mi hermano.
En mi caso,  confieso que disfruto mucho jugarlo, sin embargo también me causa conflictos frecuentemente por lo que implica en México; sobretodo en cuanto a los recursos que se despliegan, la violencia que se genera, los negocios que se ocultan, etc.
Con frecuencia me parece decepcionante que un país con tantas injusticias sociales y gente literalmente muriendo de hambre, tenga como tema principal  la clasificación de un equipo de fútbol.
Sin embargo es una realidad y aunque me cuesta, he aprendido a vivir con ella, pues de alguna forma también, puedo percibir su importancia.
Por ejemplo cuando se observa a familias enteras que ponen todas sus esperanzas en el hijo que con su talento para mover el balón tal vez también los pueda mover de "pobres" o cuando percibo el aumento de las sonrisas en los fanáticos del equipo ganador o cuando en la calle un futbolista recibe toda la admiración de quienes han visto su desempeño y se ven reflejados en una persona que en algún momento soñó y alcanzó lo que quería; y en este hecho radica  un asunto de gran importancia desde mi punto de vista:
El fútbol es un ejemplo tangible de que los sueños se pueden volver realidad, quizá con entrenamientos, quizá con apoyos, pero sobretodo con una mezcla entre compromiso, azar y oportunidades.
Y a estas últimas son a las que más quiero referirme, a las oportunidades, pues aún faltan muchas por construir para que más personas vuelvan su sueño realidad.

 Lo que pido es que quienes están en el "negocio" y pueden vivir haciendo lo que más les gusta que es jugar fútbol, tomen conciencia de la suerte que tienen pero también del compromiso, para que más personas lleguen hasta donde quieren pues el salario que reciben algunos futbolistas, muchas veces es a costa de que otras personas viven de la patada de verdad, comen lo que en el día se puede, trabajan en labores denigrantes y se levantan día con día, a veces sólo deseando ver a su equipo ganar como aspecto que le da color a su cotidianidad y mientras eso pasa, algunos jugadores la pasan despilfarrando el dinero en ropas, autos, viajes, casinos, sin pensar en aportar algo a la comunidad que los ha hecho ser lo que son.

México es un país en el que generación tras generación, los balones recorren las calles, los parques, las casas y las escuelas;
Los álbumes del mundial se pueden vender más que el pan caliente y los tacos de fútbol son para algunos, tan necesarios como el alimento.
Con todo esto, es claro que hoy sea un día esperanzador al ver que por lo menos a Nueva Zelanda un equipo improvisado como Selección logró ganarle.
Sin embargo esa improvisación creo que puede ser una prueba de que para dar buenos resultados es importante trabajar en equipo desde un principio, conocerse y apasionarse (como este equipo parece que vino haciendo).

Que por lo menos esta buena noticia para el fútbol mexicano, inyecte de energía positiva  a las actividades cotidianas, sirva como recordatorio de la importancia que hay en realizar nuestro trabajo con pasión (como se supone deben demostrar los futbolistas) y signifique un impulso para generar más oportunidades, tanto por parte de los mismos jugadores que se han beneficiado del deporte como por parte de los empresarios que seguirán beneficiándose de los fanáticos.
Así que todos y todas los que tienen algo que aportar para que en México, menos personas sigan viviendo de la patada o mejor dicho muriendo porque, mientras a unos les pagan por sus patadas, sean buenas o malas, otros no tienen ni energía para patear.

domingo, 20 de octubre de 2013

"Al cuerpo lo que pide"

El cuerpo es una de las cosas que no elegimos, nacemos con uno y con ese nos quedamos toda la vida.

Este fin de semana, tuve la oportunidad de asistir a un Coloquio sobre Pedagogía de lo Corporal organizado por Norma Delia Durán, en el cual se abordó el tema de lo Corporal como un asunto complejo que ha estado bastante descuidado por parte de la educación, la cual en la mayoría de los casos se enfoca en los aspectos cognitivos.
Las carencias en nuestra formación como seres humanos con respecto al cuidado del cuerpo, se ven reflejadas en las enfermedades que prevalecen en México, siendo un ejemplo de esto, la obesidad.
La cual entre otras cosas, es una muestra de la ignorancia con respecto al consumo de alimentos, pero sobretodo al consumo de alimentos artificiales y comida chatarra que fomentan las grandes empresas;
sin embargo, otra de las enfermedades que estuvo en el centro de las discusiones fue el cáncer, el cual sirvió sobretodo para reflexionar acerca de la importancia que tienen las emociones en el estado de salud o enfermedad en el que vivimos; y este es uno de los temas centrales que  me gustaría reflexionar:

¿Qué tanto conocemos nuestras emociones? ¿Qué espacios existen para educarnos con respecto a este tema? ¿Cómo expresamos lo que sentimos?

Estas preguntas son de gran importancia y creo que a cada uno nos tocaría contestar,
pues el peligro de no identificar y expresar la emociones está en que pueden convertirse en síntomas en los diferentes órganos (a cada órgano le corresponde una emoción) y con el tiempo pueden ir terminando con nuestra vida.
Estas emociones "dañinas", pudieron ser ocasionadas por las relaciones que hemos entablado con nuestros padres, amigos, pareja o con complejos de nosotros mismos que no hemos logrado canalizar y en ocasiones se ocultan en actitudes que tomamos en la vida cotidiana, tales como ser adictos al tabaco, alcohol, tener dolores corporales, cansancio extremo, depresiones, etc;
Estas reacciones muchas veces son producto del sistema en el que vivimos, que nos obliga a pensar demasiado, preocuparnos por aspectos superficiales, vivir a prisa y pocas veces tener tiempo para concentrarnos en escuchar a nuestros cuerpos, los cuales muchas veces nos gritan que los cuidemos, que recordemos que no sólo somos carne y hueso sino energía, espiritualidad y muchas otras cosas más que aunque intangibles, presentes.

A pesar de que es un camino largo el que falta por recorrer para que mejore nuestra canalización de emociones y el cuidado de nuestros órganos pero sobretodo de nuestro cuerpo como totalidad, uno de los caminos está en considerar algunos aspectos, por ejemplo:

- Estar enfermo, no es normal: Si tenemos un estado de enfermedad constante, no debemos verlo como normal, ni las gripas, diarreas, depresiones, cólicos u otros padecimientos son normales, así que se deben tratar a fondo en caso de que persistan.

-Evitemos Silenciar los síntomas con medicamentos: Cuando el cuerpo dice algo a través de un dolor, no intentemos callarlo de inmediato, si habla es porque algo necesita y al engañarlo con medicamentos que terminan con los síntomas, no resolvemos el problema de fondo y a la larga se puede agraviar.

- Intentemos trascender el "Bien": Cuando nos preguntan, ¿Cómo estás? Una de las respuestas más comunes sino es que la única es - "Bien" Siendo esta una evasión hacia lo que verdaderamente sentimos, quizá antes de contestar, al menos detengámonos un momento para escuchar lo que sucede en nuestro interior y es probable que poco a poco nos volvamos menos indiferentes ante nuestros sentimientos y los de los demás.

- Todo lo que entra, tiene que salir: Si tuvimos alguna discusión, disgusto, etc. busquemos las formas de estar en paz después de eso, para esto es importante saber perdonar, pedir disculpas, dejar ir y enfrentar el dolor; con las emociones algo que Sergio López Ramos diría sería que todo lo que entra con dolor, sale con dolor, seamos valientes.

- Escuchemos la historia:  Cada uno tenemos historias de vida, de personas que a nuestro alrededor han tenido problemas con el cuerpo, enfermedades, etc. es importante saber cuales son y cómo se pueden prevenir.

- Energía positiva: Lo que escuchamos y lo que decimos genera vibraciones positivas o negativas para nuestro cuerpo. Escuchar con frecuencia música estruendosa, con letras o sonidos violentos, puede afectar nuestro estado de salud, lo mismo que decir cosas sin pensar pero sobretodo sin sentir. Intentemos rodearnos de personas positivas y construyamos ambientes tanto en el trabajo como en la familia que nos mantengan tranquilos, contentos y en paz.

Seamos un poco más cuidadosos con aquello que permitimos que nuestros sentidos experimenten pues aunque en un primer momento pareciera que los placeres y las pasiones nos llevan a probar de todo, podemos ser víctimas de un sistema que a la larga nos vuelve insensibles y nos aleja de nosotros mismos y de los demás, poniendo un énfasis en la mente y olvidándonos de otros aspectos trascendentales como lo es el cuerpo.

Otro "tip" que puede ser importante en este tema, tiene que ver con volver consciente lo que que se ha vuelto "normal".
Un ejemplo claro de esto, que a mí me ha funcionado, tiene que ver con la Respiración.
Un primer paso para escuchar el cuerpo es escuchar nuestra respiración y realizarla correctamente (inhalando desde la parte baja de los pulmones y subiendo el aire, y exhalando desde arriba hacia abajo- hay muchas formas de respirar, es importante buscar a quien nos pueda enseñar sobre esto) pues muchos problemas de salud se relacionan con la falta de oxigenación en las células.

Al final, es cuestión de conocernos, buscar lo que puede beneficiarnos, alimentarnos bien, descansar, querernos a nosotros mismos y aventarnos a disfrutar nuestro cuerpo y nuestras emociones; a veces apagando la mente pero siempre procurando entender que nuestro cuerpo como el universo, a pesar de que nos impongan la competencia; funciona por el principio de la cooperación, por lo que es indispensable conectar nuestro interior con el exterior, cuidar a la madre naturaleza, escucharnos entre nosotros, compartir y vivir intensamente.

Este cuerpo es el único que tenemos y no importa nuestra edad, es tiempo de escucharlo pues curarlo es una cuestión cotidiana y aunque sea esa esencia "mortal", es con él con el que podremos trascender.


sábado, 12 de octubre de 2013

Un doce de octubre que nos quiebra.

.Llegaste a mis paraísos a romper lo que era,
mujeres, niños y animales sufrieron tus enfermedades.
Violentaste mi orden y saqueaste mis espíritu,
cortaste mis alas y deformaste mis paisajes.

No soy inferior aunque me veas para abajo,
también tengo corazón y una vida que defiendo,
no tengo una raza por ser de color,
ni debes discriminarme por mi trabajo.

La Tierra no es tuya aunque te alimente,
mi cuerpo es sagrado y no se vende,
el viento y el aire envuelven mis pasos,
tus armas de fuego te traerán más fracasos.

No me descubriste, sólo me conociste,
me explotaste y me masacraste,
yo te perdono aunque cambiaste mi historia,
y te valoro aunque me impidas la gloria.

Años pasaste negando mi voz,
sueños destruiste de manera atroz,
el tiempo ha pasado y la cultura hemos mezclado,
tú y yo no somos iguales aunque compartimos un pasado.

Conquista no fue pues no pude elegir,
invasión quizá sí y para muchos significó morir,
respeta mi patria y no impongas tus ideas,
mis Dioses serán tuyos si la paz en ellos encuentras.

Deja vivir sin prejuicios, sin culpas, sin miedos,
no ates las manos, despierta a las injusticias,
¿seré indio, aborigen o monstruo para ti?
Serás cruel y ciego para mí.

No sobrevivirá el más fuerte,
ahora la vida esta entre la siembra y la suerte,
nuestro éxito está en los encuentros,
pues destruirnos nos llevará a la muerte.

Que más muerte que la que se ve cada día,
mientras unos discriminan y cierran las puertas,
nos siguen negando salud, alimentos y viviendas,
sin embargo acá seguimos exigiendo las cuentas.

Aún hay quienes resisten las opresiones,
y escriben su historia a pesar de las represiones,
aún hay quienes impiden las invasiones
y siguen cantando sus propias canciones.







miércoles, 18 de septiembre de 2013

Miedo al agua

Me sumergí para buscarla; tome valor pensando las veces que nadamos juntos en el mar, no quise pensar en lo oscura, turbia, sucia y peligrosa del agua, omití los objetos que flotaban y recordé que no tenía nada que perder, la inundación ya se había llevado todo.
Después de un tiempo, la encontré. Ya  no respiraba, la lleve a la orilla y la apreté con mi cuerpo.
Entre tanta agua perdí la noción del tiempo, mis lágrimas también se perdieron. Mientras estaba en mis brazos se hizo de noche. Recordé el hambre que tenía y volteé a ver al cielo, maldiciendo su inmensidad líquida, maldije también el momento en el que tomamos la decisión de venir aquí y cumplir nuestro sueño de la casa en la playa, intenté ubicarla a lo lejos, no se veía más que el techo.
Comenzó a darme un poco de miedo pues la noche traía consigo imágenes escalofriantes y la idea de que esto no terminaría jamás. Deseaba que llegara pronto la ayuda, grité con todas mis fuerzas para literal, desahogarme. Nadie respondió, - Gobierno de mierda- pensé, siempre se ha distinguido por su ausencia, claro, recordé, es 16 de septiembre, los militares deben estar haciendo su desfile en lugar de estar aquí y salvar vidas, odié todo.
Intenté dormir, fracasé en el intento, me preguntaba cómo había logrado sobrevivir.Tal vez por mi miedo al agua, ahora ya ni siento que estoy en ella.
Decidí soltarla, se la llevo la corriente, me sentí más sólo que nunca; extrañé el calor de su cuerpo, la arena y mi vida con ella, mi vida antes de esto.
Al final me quede dormido, por suerte, era urgente escalar niveles de conciencia y salir un rato de esta realidad.
Soñé que al amanecer me despertaba el sol y quería escribir nuestra historia, sin embargo no contaba ni con papel ni con plumas, nada.
Nada pensé y me desperté.
Nade hasta que pude volver a empezar.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Semillas de esperanza

"NO A LA GUERRA, OTRO MUNDO ES POSIBLE"
Esa es una de las cosas que dicen los zapatistas y a diferencia de muchos otros que no lo hacen, ellos y ellas sí cumplen su palabra y bastó estar una semana en su territorio para comprobar la existencia de ese otro mundo.
Con el cumplimiento de los 10 años de los caracoles había mucho que festejar, pues su existencia es la prueba de que la organización horizontal no es tan lejana como el horizonte sino algo que se construye a paso de caracol, día con día.
Con este pretexto tal vez, decidieron organizar una gran fiesta que estuvo seguida de otra a la que llamaron "la escuelita zapatista: la libertad según lxs zapatistas" a la cual tuve la fortuna de asistir gracias a que formo parte del Colectivo Lectura de la Realidad en el Aula de la FFyL, en el cual analizamos la realidad tomando como eje a las comunidades zapatistas.
Después de bailar y cantar en Oventik la noche del festejo y comprobar que ni la lluvia ni el lodo detienen su caminar, nos dirigimos al CIDECI de San Cristóbal, en donde se realizó nuestra inscripción y con ansias esperamos el momento en el que nos dirían a cual de los 5 caracoles nos tocaría asistir.
"Roberto Barrios" se llamó en el que se desarrolló esta gran experiencia, el cual se encuentra aproximadamente a 8 horas desde San Cristóbal.
El camino fue largo pero ligero pues se acompañaba de las charlas entre quienes no nos conocíamos y las preguntas que le hacíamos al conductor; el atardecer nos tocó verlo por las montañas chiapanecas y los silencios se acompañaban de nuestros pensamientos llenos de dudas a cerca de lo que nos esperaba.
La imaginación volaba y más aún con algunos comentarios de Andrés, el conductor, quién con toda la calma y a la pregunta de: ¿qué animales hay por donde vamos? contestaba: sirenas, hay sirenas.
Nuestros rostros incrédulos lo bombardeaban , ¿Sirenas? Sí contestaba, de esas mujeres que viven en el agua, hace poco vimos una por acá.
Eso nutría nuestras ganas de descubrir ese mundo que parecía tan lejano a nuestras realidades cotidianas, en el que incluso nos esperaban sirenas...Claro pensaba yo, hasta el mundo de las sirenas cabe en los mundos zapatistas.
Al llegar al caracol de noche, linternas y ojos atentos que dejaban ver los pasamontañas, nos pidieron que formáramos una fila para entrar y entre aplausos y consignas de ¡Viva la libertad! ¡Viva la autonomía! ¡Viva la educación! y muchas cosas más, la piel se estremecía y ya comenzaba a sentirme parte de algo diferente, sonreí.
Cantamos los himnos, escuchamos las bienvenidas de la Junta del Buen Gobierno, cenamos y dormimos, todos y todas cupimos.
Al siguiente día nos presentaron a nuestro Votán o en mi caso Votana, quién nos cuidaría y acompañaría en nuestra educación, Mareli de 17 años se levantó para saludarme, "mucho gusto compañera, gracias por venir. Gracias a ustedes por invitarnos, le dije. Lo único que nosotros queremos es que las cosas en este país estén mejor, contestó.
Las clases comenzaron en el auditorio y nuestros libros (Gobierno Autónomo 1 y 2, Participación de las mujeres en el gobierno Autónomo y Resistencia Autónoma) fueron resumidos con claridad por parte de hombres y mujeres de la junta del Buen Gobierno quienes tienen 7 principios de autoridad:
Servir y no servirse
Representar y no suplantar
Proponer y no imponer
Convencer y no vencer
Obedecer y no mandar
Construir y no destruir
Bajar y no subir
Después de escuchar atentos cada una de las palabras, alistamos nuestras cosas.
Al poco rato nos asignaron la comunidad en la que pasaríamos las siguientes 3 noches, Pinotepa se llamaba la mía y estaba a 2 horas en camioneta y otras 2 horas más caminando desde el caracol, "está sí esta lejos" decía Mareli, mientras caminaba sin esfuerzos descalza por las montañas. Yo desde el principio no dejaba de verla con admiración y observar a mis botas y torpeza para caminar en las montañas con un poco de coraje que acababa en risas con cada tropiezo.
Por fin llegamos y un grupo más de mujeres, niños y ancianos nos esperaba en lo alto de la montaña, sólo una casa tenía luz que no fuera la de las velas, esa casa nos tocó a Mareli y a mi, sonreímos pues ella decía que en su casa sí llegaba la electricidad, sin embargo en Pinotepa, Cristóbal, el dueño de la casa donde nos recibieron, era el único que contaba con un panel solar que le daba energía para dos focos.
Llegamos a conocer a Pancha, la esposa de Cristóbal , una señora de unos 65 años que no hablaba más que chol y que nos recibió con un plato caliente de pasta que nos supo a gloria después de la caminata.
Nos bañamos a cubetadas de agua fría y dormimos los 5 en un cuarto (Pancha, Cristóbal, Panchita-su nieta de 8 años, Mareli y yo) a mí me tocó hamaca y esas 3 noches fue toda una experiencia dormir arrullada por el suspiro del viento.
Los días estuvieron llenos de actividades domésticas, desgranar elotes, lavarlos, moler en el nixtamal, hacer tortillas, jugar con Panchita; pocas veces salimos de la casa pues decían que el potrero y la milpa estaban muy lejanos, sin embargo fuimos a un arroyito y en el camino comí extrañas frutas que Irayda (la otra nieta de 10 años) bajaba de los árboles. En las tardes íbamos a la canchita de fútbol a encontrarnos con el resto de los estudiantes y guardianes, dos ocasiones tuve la oportunidad de jugar con más de 20 niños y niñas choles y sorprenderme con su sentido colectivo en todos los juegos
A mí se me ocurría ponerles juegos que tenían como regla que el primero que llegara "ganaba" sin embargo al darme cuenta de que todos y todas intentaban llegar al mismo tiempo, tuve que cambiar las reglas;
volví a sonreír, ojalá algunos niños y niñas de la ciudad tuvieran ese sentido colectivo y no se empujaran o pisaran para ganar, ahí me acordaba de los tojolabales, quiénes claramente dicen que si llegan todas y todos juntos, es mejor.
Los días transcurrieron rápidamente y en menos de lo que creía ya estábamos caminando de regreso, Cristóbal me platicaba cómo era su vida antes del zapatismo "vivía explotado y no me alcanzaba ni para comer" "ahora ya estamos mejor, más tranquilos, es más justo después de que nos organizamos"."Ahora ya casi ni necesitamos el dinero porque el dinero no se puede comer" Esa es una de las historias de dignidad que muchos y muchas zapatistas han experimentado, tienen su milpa, sus animales, su propio sistema de salud, de educación, de democracia en la que todas las voces son escuchadas.

Después de la despedida en la comunidad y de la caminata, llegamos al caracol, en donde hubo baile la última noche y a penas con tanto movimiento corporal se acomodaban todas las vivencias que tuve en tan corto tiempo, Mareli y yo nos reíamos mientras hacíamos algunos pasos, yo la seguía mirando con admiración, me costó trabajo despedirme pero con un abrazo intenté comunicarle todo mi agradecimiento.
No me podía dejar ninguna forma de comunicarnos, así que nuestro encuentro sólo duró lo que la escuelita, sólo duró lo que dura un corazón.
Nos regresamos, de nuevo 8 horas pero diferentes, ya no éramos las mismas que llegamos.
Al llegar al CIDECI, otro evento lleno de dignidad nos recibió, la Cátedra Tata Juan Chávez en donde convergieron muchas luchas más; la tristeza que da saber que los pueblos indígenas viven muchas injusticias a diario se compenso con la alegría de verlos luchando, por la vida, por la tierra, por la libertad.

La escuelita zapatista ya forma parte de las mejores experiencias de mi vida, por las personas que conocí, por las realidades que comprendí, por el aire que respiré; por toda una experiencia  en donde confirmé que las armas pueden estar al servicio de la vida, a diferencia de lo que el "mal gobierno" , paramilitares y el crimen organizado han demostrado.
Entendí que el concepto de justicia no tiene porque estar peleado con el de libertad y que los seres humanos somos capaces de dejar intereses individuales para organizarnos y disfrutar lo que el mundo nos da todos y todas con las mismas posibilidades.

Aunque todo lo vivido difícilmente cabe en palabras no me queda más que decir:
Gracias zapatistas por cada cosa que aprendí, por ser semillas de esperanzas que crecen abajo y a la izquierda y por gritarnos con sus pasamontañas que es necesario emparejarnos para caminar.









domingo, 18 de agosto de 2013

Escuela oficial VS Escuelita zapatista

Yo soy la escuelita zapatista y no intenten que me parezca a la oficial,
dentro de mí no hay aulas que limiten los sueños, ni maestros que regañen al preguntar,
tampoco existen los miedos por aquello que se debe evaluar,
aquí cabemos todos y todas, sobretodo las que se animen a bailar,
porque las clases comienzan con ritmos que el cuerpo puede disfrutar.

Yo huelo a leña, a maíz, a dignidad,
no acepto sobornos, o que dentro de mí, los ojos quieran vendar.
Soy una esperanza para el que camina despierto, para el que no quiere parar,
sólo exijo las trece demandas y no admito la marginalidad.

Es la colectividad la que nos puede liberar y del mal gobierno proteger,
la autonomía exige que nos logremos organizar,
la libertad nos pide que no nos dejemos vencer,
soy una escuelita que no descansa pues contra la violencia debo enseñar.

México me grita que la tierra proteja,
que las niñas y niños conmigo crezcan,
aprendan a escuchar, a respetar, a resistir 
pero sobretodo a la vida cuidar.

Enseño la importancia de pensar,
de criticar, de transformar, de no dejarse explotar,
tal vez algunos no me logren aceptar pues mis contenidos no se parecen nada a los de la oficial
sin embargo con mis pasos hemos logrado que abajo y a la izquierda exista un nuevo caminar,
uno que nos acerca más como humanidad, que nos recuerda que no puede mandar el que no sepa escuchar y obedecer, 
que no puede vivir el que a la naturaleza intente destruir,
que el chol, el tzeltal, el tojolabal, el zoque  y el tzoztil, son más importantes que el inglés.
que las competencias no nos van a servir sin el trabajo en colectividad,
que la utopía no es tan lejana, que la igualdad no es sólo una palabra y que la mujer también habla.

Soy la escuelita zapatista, mis maestros y votanes ya listos están
para muchos corazones tocar, naciones acercar y voces levantar.

Soy un pedacito de otro mundo, diferente al oficial, diferente al normal,
diferente, tal vez mejor.
Soy miradas e historias, soy como una caricia que puede doler,
soy una realidad a la cual voltear,
soy espacio para crecer, para nombrar aunque nunca quepa en palabras, 

Soy lo que muchos no pudieron ser y hoy son conmigo,
soy espacio, tiempo, posibilidad,
seamos sin amos,
con amor
seamos aunque nos nieguen.

Las clases ya comenzaron,
no prometo vacaciones,
no prometo aguinaldos,
no prometo tareas ni concursos,
mejor prometo no prometer y con mis actos convencer,
nunca vencer, nunca caer.

Ven a aprender que la historia no puede esperar,
que la historia nunca es como la oficial,
que nuestra historia ya logramos construir,
ahora la queremos compartir.
Ven a prender, la luz ya empieza a arder,
la luz no se puede apagar,
que nuestra luz ya logramos encender
ahora te toca arder.

jueves, 8 de agosto de 2013

Ejercicios cardiovasculares o de fortalecimiento de corazón


Hay diferentes formas de fortalecer los corazones
Hay quienes utilizan las pistas de correr,
se ponen maratones como retos y entrenan a diario para cumplir sus objetivos,
este entrenamiento se puede hacer al aire libre y respirando con los árboles, también se puede hacer en gimnasios.
Con el paso de las rutinas, la sangre del corazón comienza a bombearse más rápido, se dirige a más arterias y venas, oxigena el cuerpo, calma la mente y se fortalece .

En cambio, hay otros que su forma de fortalecer el corazón es ir a la milpa, mojarse con la lluvia, cortar leña y admirar el fuego, resistir las injusticias del Mal Gobierno y vivir en comunidad, organizándose, esas son algunas de las prácticas que me han contado que tienen las y los zapatistas, me lo han contado con su palabra que sí se cumple.
 Ahora nos han invitado a algunos y algunas afortunadas a que fortalezcamos nuestros corazones junto con ellos y ellas pero sin entrar en rutinas como la de los corredores sino que saliendo justamente de eso, de la rutina.
 A veces siento que no estoy lista, que mi corazón es diferente y quizá menos resistente, pero ellos insisten en que basta con que esté bien puesto y yo lo siento bien puesto y cada que hablo de Chiapas late bien fuerte y a veces siento que se sale pero más bien se mete cada vez más a la selva como si ya sintiera hacia dónde vamos como si buscara agarrar el ritmo de otros corazones, bailar con ellos, indignarse, levantarse y sentir aunque sea una probadita de lo que es estar sin miedo, de lo que es estar en libertad con dignidad.
Y mi corazón es necio entonces se va a ir a buscar esos corazonsotes ahí abajo y aunque la mente intente detenerlo, inventar pretextos, el corazón se va a encontrar con los textos, con las risas y con todo aquello que sólo se puede disfrutar cuando se confía, cuando se vive, cuando nos soltamos, cuando sabemos que no tendremos el control de todo pero sí de lo más importante, como si fuéramos autónomos como ellos y ellas.
Yo tengo un corazón que con apoyo y acompañamiento de otros y otras que son mi familia y amigos se ha encontrado con muchos corazones más y ha tenido la suerte de viajar ya a muchos lugares del mundo, además es un corazón que viene de historias de algunos que se salvaron de las guerras de España y tal vez por eso ahora quiere irse allá a donde están en contra de esa guerra que algunos mantienen en el país, a sentir un poco de la paz que da escuchar el tzotzil o el tojolabal o el chol o quizá el tzeltal.


Mi corazón se va y yo me voy con él pero regreso porque lo que aprenda allá nos tiene que llegar hasta acá..

martes, 6 de agosto de 2013

La educación es un arma cargada de futuro

Texto compartido en las mesas de la Bienvenida a lxs nuevos estudiantes de Pedagogía. Agosto 2013. Facultad de Filosofía y Letras.

Antes que nada celebro el hecho de encontrarnos aquí compartiendo palabras y haciendo costumbre que las y los pedagogos construyamos espacios de diálogo.

Agradezco la invitación y felicito la organización de todo esto.

Me emociona ver los rostros de quienes llegan a esta facultad, hace unos años yo estuve en ese lugar, otros me dieron la bienvenida y me recordaron lo afortunada que era por haber entrado a esta universidad.
Ahora  me toca a mí decirles que la disfruten mucho, aprovechen todo lo que brinda, recorran cada rincón, entren a clases de diferentes carreras, hagan deporte, bailen, prueben todas las cafeterías y pierdanse en la inmensidad de la UNAM pues sólo perdiéndose se van a poder encontrar. 
A mí siempre me ha gustado eso de perderme, el sentido de la orientación no se me da mucho, antes sufría por eso pero he aprendido a disfrutarlo, además descubrí que perderme me permitía replantearme el rumbo y que en cualquier camino que tomemos siempre habrá alguien a quién le podamos preguntar y aquí está un punto con el que me gustaría comenzar: con las preguntas, sobretodo porque cuando yo estuve sentada ahí estaba llena de preguntas, algunas de las cosas que me pasaban por la cabeza eran;
¿Haré bien al estudiar pedagogía? ¿Qué será de mí en este colegio? ¿A qué me voy a dedicar en mi vida?
y por ahí habrá algunos que estén aquí por accidente y piensen ¿Qué hago aquí? ¿Por qué no me quede en mi primera opción? (Si es así por favor rectifiquen su camino porque profesionistas frustrados no queremos más)
Algunos otros dirán, ni sé qué es la pedagogía pero la elegí porque no tiene matemáticas.

En fin, cada quién con sus preguntas, espero poco a poco les vayan encontrando respuestas, en lo personal, 4 años después puedo decirles que he encontrado más preguntas que al principio pero me consuela saber lo que dice el Viejo Antonio, un personaje del Subcomandante Marcos, si para algo sirven las preguntas es para caminar y entonces me viene a la mente la pregunta que me trajo hasta aquí:
¿Qué ha significado la pedagogía en tu vida?
¿Por dónde empezar?

Primero significó un conflicto pues no sabía si estudiar pedagogía o biología.
Sin embargo el conflicto se resolvió cuando en una campaña de alfabetización con el Colegio Madrid conocí las ideas de un pedagogo que se llama Paulo Freire y me convencí de que la educación era uno de los caminos para mejorar este país; y aunque en ese momento la verdad no sabía lo que era la pedagogía( sí sabía que se relacionaba con la educación porque vi el plan de estudios) y aquí me quede.
Por lo tanto primero la pedagogía significó un conflicto, después significó una decisión y les puedo decir que ha sido de las decisiones más importantes en mi vida, ¿Por qué? Más adelante les doy más detalles, por lo pronto me viene otra pregunta.
¿Qué cosas importantes han elegido en su vida?

Yo cuando pienso en eso descubro que no elegí en donde nacer, no elegí mi cara, ni a mi familia ni siquiera mi nombre, sin embargo en la vida diaria me encuentro con otro tipo de elecciones, por ejemplo: si levantarme o no de la cama, qué ropa utilizar, qué desayunar, si tomar el metro o caminar, qué amigos tener y muchas veces me enfrento con otras situaciones, por ejemplo si ayudar o no a alguien que lo necesita en la calle, ceder el asiento, pelearme con mi mamá, en fin esas y muchas más acciones suceden en la vida diaria. 
¿Qué orienta nuestras acciones?

Y entonces aparece esa cosa que para algunos es un derecho, para otros es una cifra y para mí como pedagoga es un proceso: la educación y de alguna forma es a ella a quién le debemos lo que sucede en nuestra conciencia tanto individual como colectiva.

Ahora que entran ustedes también a este magnífico tema verán que les zumbaran los oídos cuando escuchen, "ay ese está mal educado, qué mala es la educación de México, hay que dar educación de calidad, la educación no se vende, se defiende", etc; ya irán descubriendo que tanto la educación como la pedagogía están por muchos lados, sin embargo las y los pedagogos ¿dónde estamos?

¿En la secretaría de educación Pública? ¿En la rectoría de las universidades? ¿En los museos? ¿En las escuelas?

Cuando las personas me preguntan
¿Qué estudiaste?
Pedagogía, contesto.
¿Aaa te gustan los niños?
Sí, contesto a regañadientes.
Después reflexiono, a muchas personas, cuando escuchan la palabra pedagogía, se les viene a la mente una mujer con una batita de colores, rodeada de niños pequeños y entonces pienso, ¿qué hemos hecho como pedagogos  y pedagogas para que existan esas imágenes mentales en las personas? ¿cómo se construyen las imágenes mentales? ¿se puede destruir esa imagen?
Pero sobretodo, ¿qué imagen queremos que exista en las mentes cuando escuchen la palabra pedagogía?

Todas esas preguntas se las dejo como reflexión y regreso a aquella que prometí que iba a contestar:
¿Por qué estudiar pedagogía ha significado una de las decisiones más importantes de mi vida?

Primero porque ha sido una de las primeras cosas que decidí sola y que luche hasta alcanzar, después porque me ha hecho pensar que muchas veces somos lo que aprendemos y que por lo tanto, en la medida que construyamos más espacios de aprendizaje, más posibilidades existirán para elegir quiénes queremos ser.
Además, a través de la pedagogía he entendido que en los procesos de enseñanza y aprendizaje existen muchos caminos para llegar a un mismo lugar, por lo tanto debemos poner una especial importancia en los medios que utilizamos, como bien diría Freire, los procesos educativos nunca son neutros  debemos tener claro qué tipo de ser humano queremos y en consecuencia qué mundo vamos a construir.

Ser pedagoga de la UNAM, en México, en el año 2013 ha significado situarme en un contexto específico, volverme consiente de que mis acciones repercuten en la realidad y afectan a otras personas, aceptar que hay condiciones históricas que nos limitan y que a veces duelen; identificar los impulsos, instintos, emociones e ideas  que intervienen en los procesos educativos y buscar que se canalicen creativamente para construir y no para destruir.

Implica también aceptar lo afortunada que soy por haber concluido mi educación básica, haber llegado a este nivel universitario, tener mis necesidades básicas cubiertas y un sinfín de cosas más que me permiten tener las ganas y la paciencia de luchar para que otros y otras también lleguen a donde se lo propongan, pues “nadie es si se prohíbe que otros sean”.

Pero ¿Cómo Ser en una realidad donde hay violencia? ¿En la que por encima del ser está el tener y con ello nos estamos acabando los recursos naturales?, ¿Una realidad en la que pasar por encima del otro es más fácil que ayudarle a levantarse? Y ¿Grabar con el celular las peleas es más importante que detenerlas?, ¿Cómo ser en un país en donde la pobreza va en aumento, se invierte más en armas que en educación, a diario hay más muertos que artistas y los cuerpos se han convertido en mercancías o cifras?, ¿Cómo ser a pesar de la obesidad que dificulta la movilidad, la televisión que invita a quedarnos sentados y a ver cómo otros actúan, ¿Cómo ser en un mundo en donde se reprimen las manifestaciones, se da más importancia a los bancos que a las familias y se construyen más cárceles que parques?

En fin…como les dije tengo más preguntas que repuestas, sin embargo también ahora tengo más esperanzas y saben ¿Por qué?

Porque puedo ver que aún habemos unas cuantas locas que a pesar de tener todo eso en contra creemos que las cosas pueden ser diferentes, estudiamos pedagogía sabiendo que no seremos millorarios (bueno si conocen alguna pedagoga millonaria me avisan) pero por lo general por lo menos en mi corta vida, las satisfacciones que me ha traído la pedagogía no han sido materiales pero sí han sido muchas.

Ojalá la pedagogía les traiga muchas satisfacciones, les apasione tanto como a mí y preguntando, sigamos dando pasos que nos vayan acercando poquito a poquito al mundo que queremos construir.

Como aún me queda tiempo y considero que la pedagogía junto con el arte deben ir de la mano quiero compartirles un fragmento de una versión que modifique un poquito  (bueno mucho) de un poema de Gabriel Celaya, poeta español  que se llama “la poesía es un arma cargada de futuro” ahora dice:

LA EDUCACIÓN ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Educación para el pobre, educación necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.

Maldigo la educación concebida como un lujo  cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la educación de quien no toma partido hasta mancharse.
Tal es mi pedagogía: educación-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.



viernes, 26 de julio de 2013

los viajes no caben en palabras

Los viajes no caben en palabras,
tal vez quepan en instantes que estremecen,
en tiempos cortos que recorren largas distancias.
en caminatas incansables, en rostros desconocidos que ayudan.

Un viaje no viene sólo, viene acompañado de recuerdos,
de fotografías que no se tomaron, de platillos que se saborearon
y de amigos que se hicieron, sólo se entiende en prospectiva y se asimila en perspectivas.

Si no confías en las personas no viajes.

Los nuevos caminos apagan los miedos, 
los miedos apagan los nuevos caminos,
Si viajas asegúrate de llevar todas tus partes pues no las vas a necesitar,
nuevas partes tendrás que inventar.

Cuando empiezas a viajar sabes que un día vas a terminar,
quizá cuando quieras, tal vez cuando no puedas más,
siempre cuando necesites volver a empezar.

Si terminas un viaje no sientas pesar,
siente lo demás, siéntete, siéntate,
y cuando te vuelvas a levantar,
ten por seguro que nada volverá a ser igual.

Los viajes no caben en palabras,
tal vez quepan en la piel.

martes, 25 de junio de 2013

Comerse el mundo

Cada quien tiene su forma de cerrar ciclos, sin embargo una bastante común tiene que ver con los viajes.
Se acostumbran viajes al terminar la prepa, o al empezar un matrimonio así como al terminar una carrera, como es mi caso.
Cuando pienso a qué nos enfrentamos al viajar y cual es su importancia, me encuentro con múltiples respuestas, por un lado implica movimiento, lo que puede desequilibrarnos y por lo tanto empujarnos a buscar de nuevo posiciones para ser y estar en el mundo; por otro lado implica incertidumbre, otro aspecto que nos enfrenta con lo que somos dentro de nuevos escenarios.Además en general los viajes implican despedidas, este en especial, quiero que sea para despedirme un poco de mi vida de estudiante, pues aunque estoy con ganas de hacer un posgrado, por lo pronto terminé una etapa importante, de ahora en adelante, los pasos que vaya avanzando tienen un rumbo un poco más claro con respecto a mi vida profesional pues ya voy definiendo lo que quiero y con ello a lo que estoy dispuesta a comprometerme; lo que seguramente poco a poco conllevará más responsabilidades que quizá sea más complicado dejar al pasar del tiempo.
Por eso y por otras razones me voy.
Para festejar la vida que llevo, cerrar ciertos ciclos que he ido abriendo y seguir probando pedacitos de mundo para digerir y transformar mejor.

domingo, 9 de junio de 2013

¿qué sigue al terminar la carrera?

Cada vez más personas cercanas, terminan la Universidad y con ello me vienen ciertas reflexiones con respecto a lo que eso significa.
En un país en el que aproximadamente 3 de cada 10 jóvenes de entre 19 y 23 años ingresan a la educación superior , terminar una carrera universitaria es un logro y un privilegio, ¿qué vamos a hacer ahora que egresamos de la carrera? ¿cómo aplicaremos lo que aprendimos en nuestros trabajos? ¿qué trabajos elegiremos? ¿será que la vida laboral es lo que esperamos? ¿habremos elegido bien nuestra profesión?
Estas y más preguntas seguramente vendrán a la cabeza de más de uno y las respuestas dependerán de nuestras acciones, las cuales espero sean consecuentes con lo afortunados que somos.

¿A quién agradecer por la fortuna de haber estudiado una licenciatura?

Esa es una respuesta de opción múltiple pues me imagino que no es lo mismo para quienes estudiamos en una universidad pública y de alguna manera debemos agradecer a los impuestos (y agradecer es un decir porque en realidad es nuestro derecho pero ese es otro tema) que los que estudiaron en una universidad privada, la cual seguramente fue financiada por sus padres.

De los universitarios 1 de cada 3 estudian en universidades privadas, ¿qué diferencia habrá?
Quizá aquellos que egresan de este sector, se verán más interesados en trabajos que les permitan recuperar la inversión económica que realizaron sus familias para su educación y probablemente querrán ocupar lugares en empresas con ingresos específicos y de alguna manera tengan una preocupación más individual en ese sentido. A diferencia (quizá) de quienes de alguna manera nos vemos más interesados por retribuir a la sociedad un poco de lo que significó haber estudiado de forma "gratuita".

¿Qué tanto estudiar en universidades privadas nos lleva a trabajar más por intereses individuales que colectivos?

No tengo la respuesta pero me preocuparía que así fuera y aquí me viene otra pregunta ¿por qué y/o para qué estudiamos?
Pienso que además de para conseguir un buen trabajo como varios me han contestado y en el mejor de los casos, desarrollarnos como personas en aspectos que nos agraden (que podría ser la parte individual);
estudiamos para conocer mejor a cerca de la realidad, construir alternativas para la mejora de las condiciones de vida más allá de las propias y encontrarnos con diferentes formas de ver el mundo que nos brinda cada profesión pero sobretodo pienso que estudiamos para situarnos en una sociedad que necesita de jóvenes que se hagan responsables de las transformaciones que requiere el país, valoren el hecho de haber ido más allá de la educación básica y se sitúen de tal forma que sus aportaciones beneficien a las personas que directa o indirectamente hicieron posible terminar el ciclo como universitarios.

viernes, 17 de mayo de 2013

Marcas de infancia

A veces crecer implica saber decir adiós.

Aunque desde hace un tiempo ya no vivimos ahí, hoy me despedí de un lugar en donde crecí, pase casi 20 años de vida y miles de aventuras que involucraron muchos sentimientos.
En cada rincón de Michoacán #6 aún se escuchan las risas compartidas, se perciben los escondites favoritos y las marcas que dejó mi infancia.
Los árboles susurran las historias que pasamos, los amores, las amistades y las soledades.
Por el pavimento percibo las ruedas de la bicicleta en la que aprendí a volar, por las paredes del patio quedan las marcas del balón que mi hermano pateaba cada tarde, cuando convertía un pequeño pedazo de pasto en estadios inmensos, frecuentemente el grito "bolita por favor" se hacía presente cuando la volábamos al terreno de junto.
Al ver las escaleras y patios, aún se alcanzan a ver restos del castillo que construía con mis vecinas que en ese tiempo eran como mis hermanas, en donde comíamos manjares echos de lodo, adornados con flores y multisabores, ese mismo castillo que convertíamos en tiendita, en cancha de "kickball", pista de patinaje, terreno para jugar a "las traes" , "tin tin corre"y cada cosa que inventábamos en tardes eternas de juegos e imaginación, de travesuras que ponían a prueba nuestra inteligencia y pusieron los cimientos de lo que somos; pues si algo tuvo de ventajas vivir ahí fueron las áreas verdes en las que aprendí, hice amigas, me caí y me levanté año tras año.

Ya adentro, en los rincones del departamento, aún veo a mi familia festejando cumpleaños, apretaditos en la mesa pero contentos.

Al asomarme por la ventana recuerdo cómo era el paisaje hace tiempo, sin tantos edificios y un par de gallinas enfrente, más claro el cielo, los árboles no tan altos y los sueños por delante.

Cuando entro a mi cuarto, aún escucho las voces de las pijamadas y si presto atención, me veo a mí misma asomada por mi rincón alto, buscando la luna para crecer con ella.
En la cocina, quedan pedacitos de las galletas que hicimos cuando nos creíamos chefs;
 en la sala, el arbolito de navidad tiene unas luces que se prendían con las ilusiones que nos causaban los seres mágicos que estarían por llegar.

Se ha quedado inmortalizada una imagen, en el pasillo hacia la puerta, en la que mi hermano y yo cargamos nuestras mochilas para ir a nuestro primer día de clases en el Colegio Madrid.

Ese y muchos instantes más, vivimos en ese espacio que ya no será más que un recuerdo para nosotros y la prueba de que los sueños se pueden alcanzar, pues a pesar de que yo prefería viajar más que comprar una casa, dejar ese departamento sin duda ha significado un crecimiento para todos y muchas nuevas satisfacciones.

Agradecer, creo que también es parte de crecer, así que  gracias Michoacán #6, por todo lo vivido pues mucho de lo que soy hoy te lo debo a ti.


Antes de irme de ahí, veo como un par de niñas corren felices por los jardines,
mientras las contemplo por un instante, pienso que la vida es corta y que siempre se disfruta más cuando tus recuerdos de infancia te sacan sonrisas y te permiten vivir de nuevo instantes de felicidad.






jueves, 9 de mayo de 2013

De vientos y Buenos Aires


Salgo del cuarto en el que duermo con 2 argentinas de provincia, una colombiana y una venezolana, quienes rentamos en la casa de una uruguaya ubicada cerca del centro de Buenos Aires.
Me dirijo a comprar leche en el local de los chinos, en dónde todo es más barato y aunque de dudosa calidad es una buena opción para una estudiante mexicana.
En la esquina me encuentro con un par de jóvenes fumando marihuana y paso sin prestarles mucha atención. Antes de llegar observo como un hombre, sube a su auto lujoso a una trabajadora sexual, quién a pesar de la hora, ya comenzó sus labores. Al distraerme me tropiezo con una bolsa  de desechos del Starbucks, al parecer no han pasado a recogerla, probablemente porque los transportistas volvieron a frenar sus labores por demandas de los trabajadores.
Cuando llego a la primera tienda de los chinos me doy cuenta de que está cerrada, así que sigo caminando a la avenida para buscar otro local comercial. A lo lejos se escuchan los gritos de las madres en Plaza de mayo, exigiendo justicia por sus hijos desaparecidos durante una de las dictaduras.
En la siguiente esquina, un hombre duerme en un colchón viejo tapándose del frío con cartones y a pocos metros, de un edificio lujoso sale una joven paseando a 6 perros que llevan un mejor abrigo que el hombre dormido.
En el hospital más cercano, hay una fila grande de personas esperando para entrar, mientras vendedores ambulantes les ofrecen diferentes productos, el sonido de un avión que pasa cerca, despierta a un niño.
En esos momentos viene a mi cabeza una de mis tías diciéndome “Ché, acá las cosas van de mal en peor, no podemos cambiar nuestro dinero a dólares y cada vez estamos más pobres, nunca podremos viajar a México, no nos alcanza para subirnos a un avión, a veces ni para comprar medicinas” callada la observo y le doy un sorbo al mate que me preparó; me cuanta que las cosas en provincia son peores que en la capital. Ella y sus hermanas son de San Juan, del norte, en donde los climas son extremos y la vida tranquila, viven con lo básico, sin lujos.
Cuando llegué a conocer la tierra de mi familia, percibí un olor a viejo, parecía como si el tiempo no hubiera pasado por ahí, muchas calles no están pavimentadas y las gallinas y vacas forman parte de las casas. Todos se conocen y frecuentan los mismos lugares, tal vez como algunos pueblos de México.
La producción de vino es su especialidad aunque cada vez hay más competencia y el cambio climático se las está complicando.
Mientras comemos un asado las pláticas de política están prohibidas, aunque es clara la división entre los que están de acuerdo en que siga la minería a cielo abierto a cargo de empresas canadienses y los que no; su conclusión es que al final no hay nada que hacer, los políticos siempre hacen lo que quieren con los recursos.
Sigo caminando para comprar la leche, encuentro abierto un pequeño local a un lado de un espacio tomado que se usa como bachillerato popular, en donde se anuncia la presentación de una murga, emocionada apunto el lugar y la hora, las murgas me gustan porque muestran organización y resistencia; muchas tienen contenido de sátira política y con su música y vestuario alegran la vida en las calles.
Cuando entro a la tienda escucho los gritos de unos señores, al principio me asusto pero al poco tiempo me doy cuenta de que no es más que el festejo de un gol.
Saliendo de las compras decido tomar otro camino de regreso, a la vuelta me encuentro con varias personas de diferentes edades vestidos igual cantando dentro de un parque. Me acerco y confirmo que como imaginaba, forman parte de un grupo religioso. En Buenos Aires como en México, muchas historias se tejen entre el fútbol y la religión.
Antes de cruzar la calle, una ciega me pide que le ayude, la acompaño un par de cuadras, mientras intercambiamos algunas palabras, un joven rosa mi hombro corriendo, mi acompañante me pregunta por lo que pasa, pocos segundos después un par de policías atrapan al hombre, lo golpean  y le quitan la mochila que lleva para entregarla a un adolescente con uniforme escolar. Le describo la situación a la ciega que va conmigo, le digo que supongo que en este mundo a veces es mejor no ver lo que pasa; sonríe y contesta: estas cosas me duelen igual aunque parece que no las vea, me río apenada y nos despedimos, me queda una sensación extraña.
Decido sentarme unos segundos en un parque a ver a una pareja bailar tango, la pasión entre ambos me hace sentir de nuevo que en la vida hay mucho que disfrutar.


A pesar de que Latinoamérica esté llena de estas situaciones que evidencian la desigualdad, reproducen sistemas de explotación y buscan imponer modelos ajenos a sus realidades; son muchas las personas que están luchando y construyendo alternativas, ya sea para evitar que las dictaduras regresen o promover que se tome en cuenta a quienes forman parte de lo que parecen minorías y se les permita llevar a cabo una vida digna.
Parques, espacios tomados, la universidad, teatros, librerías, bibliotecas públicas, etc. son espacios en los que se puede generar resistencia y cultura, pero sobretodo experiencias educativas, de esas que transforman , que dejan de disfrazar a los derechos en servicios y permiten que cada ser humano pueda ejercer su libertad y transformar su historia .
Argentina es un ejemplo de que a pesar de las adversidades, es posible la organización, es un lugar en donde la palabra colectivo se ha vuelto un asunto  de construcción  cotidiana y la palabra mate no se relaciona con matar, sino con matear, este verbo que es sinónimo de compartir y que es una invitación para que estemos donde estemos busquemos pretextos para contar nuestras historias, compartirlas y aprender de ellas.

lunes, 6 de mayo de 2013

¿Desde dónde construimos la lucha por la vida?



Estos días, ha sido una pregunta que ha girado en diferentes espacios a lo largo del VII Seminario Internacional Freiriano. "Luchando por la vida digna: un grito colectivo."
En el que personas de aquí y de allá (UPN, UNAM, ENEO-Neza) nos organizamos para construir un espacio para el diálogo y para compartir experiencias que nos permitan leer mejor la realidad para transformarla.
Sin perder el espíritu Freiriano que nos convocó, la reflexión sobre nuestra práctica nos permitió posicionarnos con respecto a los acontecimientos que suceden en nuestro país.

Es cierto que basta con salir a las calles para percibir la pulsión de muerte que nos rodea, a diario nos enteramos de un sin número de actos que muchas veces reflejan una crueldad humana difícil de creer.

¿Qué lleva a un ser humano a destruir a otro?
Esto es difícil de contestar pues pienso que pueden ser muchas razones, sin embargo, también pienso que no hay razón suficiente que valga.
En los diferentes ámbitos, el laboral, familiar, escolar, etc. se presentan situaciones de agresión que es necesario identificar para evitar, pues poco a poco se agudizan y pueden terminar con la vida tanto propia como de alguien más.
Partiendo de la premisa de que tanto el Eros (pulsión de vida) como el Tánatos (pulsión de muerte) se encuentran en nosotros y limitan nuestras acciones, debemos ser capaces de reconocer cuando actuamos desde una u otra y las consecuencias que puede haber.
La complicación en cualquiera de los casos se encuentra en que no siempre es la razón la que nos guía, de hecho la mayoría de las veces actuamos desde las emociones, siendo estas las que nos inclinan a uno u otro lado de la balanza y por lo tanto las que con mayor medida debemos conocer y canalizar.
Otra complicación se encuentra en el sistema del que formamos parte en el cual a cada momento se nos invita a competir, consumir, sobresalir, a tener más a costa de cualquier cosa y por encima de quién sea, poniendo como normales las condiciones de vida de muchos y muchas que no cubren sus necesidades primarias y mostrando la violencia como algo de la vida cotidiana; en algunos casos el ser humano se convierte en un número y en los medios de comunicación con frecuencia aparece "40 desaparecidos" "100 cuerpos" etc. haciéndonos cada vez más insensibles ante la destrucción de la vida, no sólo humana sino del planeta entero.
Con todo esto, ¿desde dónde construimos la lucha por la vida?
¿Cómo hacer para que a pesar de lo que nos rodea, nuestras acciones tiendan hacia la vida y eviten que se siga negociando con nuestra dignidad?
Dignidad es otra palabra que parece que se nos ha olvidado, en ocasiones no sabemos siquiera definirla y por lo tanto defenderla, lo cierto es que desde mi punto de vista la lucha por la vida y la dignidad deben de ir de la mano pues vivir sin dignidad no es vivir.
Luchar por una vida digna ¿Qué implica?
Quizá caminar sin pisar ni ser pisados por nadie, conocer nuestras historias y hacernos responsables de transformarlas, escuchando todas las voces posibles sin caer en manipulaciones, ejerciendo nuestra libertad y construyendo posibilidades que a todos y todas nos permitan, además de cubrir nuestras necesidades primarias, desarrollar nuestra creatividad y en ella canalizar nuestras emociones.
Quizá en la medida en que más personas tengamos una vida digna, será menos la violencia que se desate hacia otros, que muchas veces es producto de la desigualdad o del poco respeto que nos tenemos a nosotros mismos y por lo tanto a los que nos rodean; producto de un sistema que nos oprime y nos invita a reproducir ciertas prácticas.

Cada uno sabemos qué actividades nos permiten tener una vida digna, está en nosotros luchar por ellas y encontrar las formas de canalizar nuestras emociones y dejar que la pulsión de vida sea más fuerte que la de muerte.
Tal vez nuestras formas de luchar deban comenzar por transformar lo que nos indigna en cualquiera de los espacios y tiempos de los que formemos parte.

Al final, a pesar de todo, está en nuestras manos hacer lo que históricamente es posible y que cada vez sean más y mejores las historias que podamos contar.





sábado, 20 de abril de 2013

No siempre lo que está presente es el presente


La vida está llena de instantes, de fotografías que se quedan en nuestra memoria por tiempos indefinidos, se esconden y reaparecen de repente, moviendo partes internas y a veces influyendo en nuestras decisiones, lo pasado de pronto se disfraza de presente y cuando se acerca a deseos de futuro puede paralizarnos, repercutir en nuestras frecuencias y las de los que nos rodean.

Reconocer cuando los recuerdos no nos permiten avanzar es algo que no todos sabemos hacer, es duro aprenderlo pero sobretodo doloroso enfrentarlo, a veces necesitamos ayuda o distracciones que sirvan de impulso.
Hay trampas en la vida diaria que pretenden encender lo que parecía apagado; canciones, rincones, palabras pueden ser suficiente para que las cenizas se muevan y con ello intenten dirigir nuestras decisiones y poner a prueba nuestra voluntad.

Las pasiones pueden ayudarnos y complementar nuestras acciones para no salirnos del camino que queremos construir. ¿Qué nos apasiona? Eso lo vamos descubriendo cuando nos damos chance, salimos de la rutina y nos tomamos un tiempo para escuchar lo que sentimos.

Al final dicen que sólo se vive una vez y está en nosotros hacer de esa vida lo mejor posible, reconociendo quienes somos, quienes queremos ser y de quienes nos queremos rodear para ello.
Cada uno somos una historia que por  momentos se cruza con otra pudiendo construir una nueva, compartida. A veces por casualidad, otras por decisión, incluso por necesidad. Quizá si sabemos aprovechar cuando los caminos se cruzan será más fácil amar.
Sin embargo también debemos saber cuándo esos mismos caminos se separan, a veces definitivamente, otras quizá con insistencia se logra que se vuelvan a encontrar, lo importante es no dejar de buscar, de buscarnos.
Resistiendo o dejándonos llevar y acercándonos lo más posible a lo que queremos ser hoy.


domingo, 7 de abril de 2013

A- hora

¿A dónde te fuiste?
De repente me di cuenta de que ya no estabas,
era mucho lo que pudimos haber hecho contigo,
la vida no esta para darse esos lujos de perderte así nada más.

Aunque el medio ambiente lo valga, el sol tal vez lo reclame,
quizá estés latente para el siguiente cambio, o quizá algunos no lleguen a recuperarte.

Al final ¿qué eres? ¿quién decidió que existieras?
 Si acabo con los relojes, acabo contigo, quizá no eres más que un número,
o quizá el reto es que siempre seas más que eso.

Que dejes de ser una hora así nada más y te vuelvas un pedacito de vida,
de esos pedacitos que se disfrutan mejor acompañados y que por lo mismo ni se sienten, de esos momentos que pasan a la historia, se vuelven anécdota o memorias, enchinan la piel, construyen deseos.
Que una hora nos ubique en el aquí y en el ahora, que con más luz la oscuridad nos llene de sueños,
los pasos se acerquen a las estrellas y las energías se multipliquen.
Hora no estás, o ¿te pusieron un disfraz?
Con vida quizá te podremos recuperar, quizá vayas y vuelvas como las olas del mar, como las horas al andar...


La hora huyó pero el ahora sigue aquí. 


¿Qué vamos a hacer con eso?



martes, 26 de marzo de 2013

Como si nada

Llegó con su hija llorando a pedirnos la ubicación del albergue del DIF,
llevaban horas caminando sin encontrarlo.
En los ojos de ambas se percibía la desesperación y frustración por haber caído en una ciudad que como un torbellino te jala y te deja sin aliento.
El color de su piel carcomido por el sol y el sonido de su voz, nos hacía notar que sus orígenes no eran citadinos.
Mi mamá y yo nos volteamos a ver, nos quedaba de camino el DIF. - Suban-  les dijimos.
Mi primo, su novia, mi mamá y yo salíamos de casa de mi abuela y huíamos del tráfico que supondríamos habría por el partido de México, de casualidad pasaríamos cerca del lugar a donde iban.
-¿Por qué llora la niña?-
- Quiere irse a su casa en Jalapa pero el del autobús no nos dejo subir sin pagar, así que voy a dormir a ver dónde para trabajarle mañana y juntar para el pasaje-dijo la madre con lágrimas en los ojos.
Se hizo el silencio incómodo y en ese momento se me puso la piel "chinita" , todos sacamos nuestras carteras para juntar y darle lo que se pudiera, como si con eso se resolviera el asunto.
Decía que había llegado al DF en busca de su esposo, al cual no encontraron . - le dimos las gracias- le dijeron en el lugar en el que trabajaba.
 Ahora sin dinero y con las esperanzas en forma de lágrimas querían regresar a su pueblo.
Lo único que pudimos hacer fue darles 300 pesos y acercarlas al DIF, de ahí ellas decidirían.
Agradecieron cada peso y segundo de nuestro tiempo para llevarlas hasta ahí, qué lleguen bien les dijimos y seguimos nuestro camino, ¿se puede seguir el camino como si nada, después de eso?

Yo no pude, de nuevo me gano el llanto. No sabía si agradecer por la vida que tengo o escupir encima de un mundo que en cada esquina nos recuerda que no somos iguales, que vivir a algunos les cuesta más que a otros y que mientras una minoría se aprovecha de infinidad de recursos, muchos más sobreviven con poco.

 Esa es nuestra realidad, mientras a unos les sobra  humildad, a otros les sobra egoísmo.

Y lo que falta... pues quizá lo que falta es construir otros mundos que sean más justos,
 pero para eso, quizá sea necesario que menos gente siga su camino "como si nada".



lunes, 25 de marzo de 2013

paz: más justicia, menos violencia

En la vida tenemos conflictos permanentes, con nosotros mismos, con los demás, con lo establecido,etc. y la forma de enfrentarlos y resolverlos habla mucho de nuestras maneras de ser y concebir al mundo.
Hace una semana tuve la oportunidad de participar en un taller que llevaba por nombre "resolución no violenta de conflictos" en el marco del Encuentro de Juegos y Danzas Cooperativas para la Paz y la Solidaridad a cargo de Frans Limpens, en donde pude profundizar un poco más en este tema.
Cuando chocan intereses, valores o necesidades se puede decir que se está en conflicto; hablando de aquellos que son entre personas. Los cuales pueden ser con la pareja, algún familiar, jefe o desconocido que se cruza en nuestro camino.

Lo importante en estos casos es identificar cuál es el "meollo" del asunto, reconociendo aquellos intereses, necesidades o valores que están chocando y provocando alguna molestia.
Después de identificado esto, es indispensable que se separe el conflicto de la persona, es decir que se despersonalice para que sea más fácil abordarlo.
Las emociones están presentes en cada momento y son parte de la clave para resolver sin violencia los conflictos, si se saben manejar y expresar a tiempo pueden contribuir para el éxito, de lo contrario en ocasiones traen más problemas e inconformidades.
Una de las claves para la resolución de cualquier conflicto se halla en la comunicación, escuchar antes de dar cosas por hecho o interpretar, responder sin lastimar y tener claridad en lo que se dice, son algunos aspectos que deben considerarse. De ahí además es de gran importancia que se respeten los acuerdos a los que se lleguen.
Otro aspecto importante está en evitar caer en la victimización o culpabilidad de alguna de las partes del conflicto, lo que puede generar que se cargue más de uno u otro lado la responsabilidad y se pierda el objetivo, que sería la resolución del mismo.
Para resolverlo muchas veces es necesario que exista una negociación o lo que yo prefiero llamar diálogo, en el cual ambas partes se expresen y construyan soluciones que los dejen contentos, procurando que exista un "ganar" - "ganar".
Este diálogo debe estar en constante desarrollo en las relaciones, para monitorear los sentires de cada persona y fortalecer las relaciones para evitar conflictos futuros.

En la actualidad se observa que son muchos los conflictos que acaban en violencia pues a veces parece que es la forma que  nos han enseñado o el camino fácil para "resolverlos". Sin embargo esa debe ser una opción que no se encuentre en nuestro repertorio, la creatividad para descubrir nuevos caminos debe estar presente en todo momento.

Como seres racionales y emocionales con tantas diferencias,que además viven en un mundo lleno de desigualdades y situaciones que nos enfrentan, es muy común que tengamos conflictos, ya dependerá de nosotros si los aprovechamos como experiencias de aprendizaje, así como oportunidades para buscar que haya más justicia y menos violencia. Logrando con diálogo y paciencia que la paz esté con nosotros ;)

jueves, 21 de febrero de 2013

Accidentes

3:52 de la madrugada, me accidenté en mi coche,
afortunadamente sólo hubo perdidas materiales, 2 llantas destrozadas, un corazón con taquicardia y la sensación de querer regresar el tiempo para reparar las distracciones o circunstancias que lo provocaron.

Llego a mi casa sana y salva y respiro, lo primero que me viene a la mente es el tema de los accidentes que además con "el vuelo" en cartelera y lo acontecido en Pemex, se ha puesto muy de moda.

¿Hay culpables? ¿Son actos divinos? ¿Se pueden prevenir?
Quizá esas sean preguntas que un seguro podría contestar muy bien con todo y precios pero en lo personal, me cuesta trabajo reflexionar.

¿Pude haber hecho algo para evitarlo?

Es muy probable, pero eso lo sabré sólo si las condiciones del choque se repiten idénticamente, lo que puede ocurrir sólo en mi cabeza y mi cabeza siempre piensa que todo se puede evitar.
Sin embargo creo que parte del sazón de la vida consiste en saber enfrentar aquello que no se puede evitar, actuar ante las incertidumbres, superar los accidentes y disfrutar lo inesperado e incluso inconveniente; aunque eso en ocasiones nos traiga sabores amargos.

Los accidentes también pueden ser oportunidades para poner pausa por instantes y voltear alrededor, identificar los apoyos, los riesgos, las aventuras, la suerte.

Fue un choque "tranquilo" el que viví, sin embargo como cualquier cosa inesperada lo sentí intenso y con un alto grado de contenido, además de anecdótico, educativo.

Pienso que un accidente, por muy pequeño que sea nos enfrenta a la vida y a la muerte, nos pone en jaque y nos saca suspiros que, por salvarnos o por responsabilizarnos se sienten en lo más profundo quizá como dolor o tal vez como tambores que interrumpiendo el ritmo de nuestra vida, nos permiten construir y reinventar las melo-días.





miércoles, 20 de febrero de 2013

Para ustedes, jóvenes.

(Carta dedicada a los estudiantes de 3° de secundaria de Tlamachihuapan, a quiénes les impartimos el taller "Eligiendo mi carrera u ocupación" DGOSE,UNAM,IMJUVE)

La secundaria se está terminando, les quedan recuerdos, aprendizajes, amistades, errores, calificaciones, amores, profesores, travesuras, primeras veces, dolores y alegrías pero sobretodo les queda una vida por delante.

¿Qué van a hacer con ella?

México las y los necesita despiertos, estudiando, cuestionando, mejorando.
Son ustedes la juventud que definirá mucho de lo que suceda con este país en las siguientes décadas.

¿Están listos?

Se están acercando a una de las mejores etapas de su vida, en la cual comienzan a definir quiénes quieren ser y cómo lo van a lograr.
Como hemos visto existen obstáculos, factores que no dependen sólo de nosotros que influyen en lo que somos, sin embargo también existen muchas oportunidades, puertas para abrir, caminos por recorrer y experiencias que enfrentar.

En este tiempo de conocerlos y conocerlas durante el taller de Orientación Vocacional impartido desde la Dirección General de Orientación y servicios Educativos de la UNAM y con apoyo del IMJUVE, me he dado cuenta de que cuentan con lo necesario para salir adelante y conseguir lo que quieren, sus habilidades serán claves en todo momento y sus inteligencias deberán reflejarse en cada una de sus acciones.
Tendrán que conocerse muy bien a ustedes mismos para poder decidir de la mejor manera posible, escuchando, pero sobretodo reflexionando, atreviéndose y disfrutando a cada instante.

Algunos entrarán a la prepa, otros quizá ya tengan otros planes, como sea les deseo que se vayan encontrando y que con el paso de los años se sientan satisfechos con los pasos que den. 

Cometan errores si es necesario, cáiganse pero sobretodo vuélvanse a levantar. Encuentren aquellas personas que los impulsen a seguir soñando.

Identifiquen a su alrededor las posibilidades que existen e inventen las propias, recuerden que sólo se vive una vez y que en este mundo, mientras más personas felices haya, mejor será para todos y todas; así que ya saben, fácil o no, hagan un esfuerzo por ser felices y compartan esa felicidad.

Busquen construir más que destruir, amen como locos y por nada pierdan esa vitalidad que los caracteriza como juventud.

Gracias por este tiempo de compartir risas, experiencias y uno que otro choro, quizá más adelante nos volveremos a encontrar y reconoceré en sus miradas una amplia satisfacción que me llenará de dicha al saber que lograron lo que querían.
Háganlo por ustedes y por todas las personas de su alrededor, sin miedo y sobretodo con esperanzas.

La vida está para disfrutarse, gracias por dejarnos disfrutar momentos con ustedes y aprender.
Esto apenas empieza y aunque nos da tristeza decirles que no nos veremos cada semana ni podremos seguir compartiendo nuestras caras de dormidos y dormidas, los amaneceres, las travesuras, aburrimientos y todo lo que salía en cada sesión, nos llena de alegría saber que nos cruzamos en el camino y que quizá en algunos y algunas dejamos una chispa que se encenderá poco a poco y los iluminará hasta que encuentren el sentido de su vida.
En nosotras esa chispa ya existe y gracias a ustedes cada día creció con más intensidad.
Por nuestra parte es todo, está en sus manos y en sus corazones lo que harán con esa vida por delante.

Hasta siempre. Con mucho cariño.
Claudia y Andrea.



domingo, 10 de febrero de 2013

¿La vida se mide en años?

Creo que mi vida se ha medido en risas,
momentos que me han dejado sin aliento,
grandes amistades que me han acompañado,
en aquellos que como mi familia me han apoyado,
en levantadas de caídas,
en besos y abrazos recibidos y dados, en viajes emprendidos.

Mi vida se mide en metas alcanzadas,
en comidas disfrutadas, pérdidas enfrentadas,
en bailes inconclusos, caminos emprendidos.

Se mide en juegos empezados, instantes inolvidables,
aprendizajes compartidos, páginas terminadas, chistes reídos.

Se mide en caricias, palabras, miradas.
Calores, fríos, miedos, esperanzas.
En atardeceres, amaneceres, contemplaciones.

Se mide en muecas, paseos, bondades, amores.

No se mide en años.

Pero y si sí, ¿A qué saben los años?

Saben a deseos, a placeres, dolores, frustraciones, luchas y sonrisas, a veces a tiempos amargos pero sobretodo a tiempos venideros, a posibilidades.

¿Qué saben los años de vida?

Los años no saben nada de vida, pero sin saber, sienten, a veces pesan y en todo momento transforman.

La vida No se mide en años,
si a caso en baños, mañas y hazañas.

Si a caso se mide en sueños.

lunes, 4 de febrero de 2013

las abuelas como el tiempo, vuelan.

Con esos ojos que reflejaban su alegría, esa ventana del alma que deja ver que la vida no es fácil, me  sonrió y me respondió: si yo fuera un animal, sería una vaca contenta.

A sus 86 años, era mucho lo que había caminado y su cuerpo contaba esas historias que le había tocado vivir, tenía ratos de gratitud por esos días de felicidad, aunque otros la llenaban de tristeza al saber que el mundo aún tiene mucho por mejorar.
Con sus palabras, iba construyendo su pasado y transmitiendo emociones; los recuerdos lúcidos llegaban a su mente y en ocasiones llenaban de lágrimas sus pupilas, muchos duelos y pérdidas le tocaron enfrentar.
Darse cuenta del paso del tiempo, nunca ha sido fácil, menos cuando el cuerpo ya no responde como se desea.

Su muerte nos llegó un 25 de diciembre cuando todo parecía que era festejo.
No es fácil enfrentarse a las pérdidas de las abuelas, sin embargo, es parte de la vida que sigue.

Al final, después de poco más de un mes de su fallecimiento y de enterarme de varias abuelas que se han ido recientemente a donde sea que les toque, me queda la sensación de formar parte de una generación afortunada que ha podido disfrutar de los adultos mayores como pocos jóvenes lo han hecho, aprender de sus historias y observar el proceso de envejecimiento humano con otros ojos, unos que nos permitan asimilar los cambios, la importancia de un proyecto de vida y de hacernos de herramientas que con el paso del tiempo nos sirvan para enfrentar esos caminos que nos pueden llenar de sorpresas agradables o no.

Siempre me ha gustado más ver al vaso medio lleno que medio vacío.
Y en este caso,la muerte de un ser querido me parece que no es más que una oportunidad para reconstruirnos a nosotros mismos, sin olvidarnos de lo que esa persona significa para nosotros.

Una dosis exacta de recuerdos puede ayudar para que sigamos caminando, sin embargo una sobredosis nos puede paralizar. Supongo que cada uno sabrá qué cantidades convienen según sea el caso.

En mi caso, recuerdo a mi yaya Cuca cada que puedo, la firmeza en sus convicciones, el sazón a cada platillo, la clase con la que se enfrentaba a los diferentes momentos, el cariño, fortaleza, sentido del humor y del amor, enseñanzas, anécdotas y cada mirada que me decía que aunque la vida no es fácil, siempre se puede decidir, vivirla como una vaca contenta.