domingo, 16 de marzo de 2014

Vivir es como cantar

"La voz, ese instrumento humano que nos permite expresar, tocar y llegar a los corazones, aún en la distancia"

Si dejáramos de respirar, moriríamos..
Por eso, inhalar y exhalar son movimientos que nos vienen por reflejo pero de los cuales muchas veces debemos hacernos conscientes, a veces para relajarnos, otras para recuperar energías o simplemente para saber que seguimos vivos.
Respirar también sirve para alzar la voz, tal y como Hebe Rosell lo ha hecho, cantando.
Ella ha logrado que canten incluso niños y niñas con problemas de respiración que fueron víctimas de una epidemia en Argentina de poliomelitis que les paralizó sus sistemas respiratorios; esa es una experiencia que recuerda con especial cariño ahora a más de 30 años de sentirse mexicana después de haberse refugiado en México durante la dictadura en su país natal, una de esas dificultades que ha enfrentado en su historia.
La perseguían como a muchos otros por alzar la voz por un mundo diferente, más justo, más de todos y todas.

El tiempo ha pasado, sin embargo ella se mantiene más viva que nunca y en su casa en Coyoacán nos recibe, vamos más de 10 mujeres a visitarla pues entre otras cosas, nos enteramos que también asistió a la escuelita zapatista y queremos compartir un poco de nuestra experiencia en el Proyecto de Lectura de la Realidad en el Aula y escuchar acerca de su vida como maestra de voces, "voces verdaderas" les llama.
 En sus talleres se trabajan muchos elementos tanto corporales como espirituales, mentales, hasta políticos pues la política está en cada acción que nos brinda el poder de ser, de hacer, de transformarnos y ella con las voces transforma y construye comunidad, "morada", enamora dentro de un tiempo y un espacio con tanta necesidad de volverse más colectivo. Nosotras emocionadas escuchamos y nos identificamos pues de alguna manera en nuestro proyecto buscamos lo mismo, colectivizar.

Desde que entramos a su casa se siente una energía intensa, de esa que invita a despertar todos nuestros sentidos y atrevernos a mirar a nuestro interior, como lo hacía su padre, que siendo ciego, se dedicaba a sentir interiores, a tocar corazones con poesía, tal y como Hebe lo describe en su obra "Partir el Pan".

El tiempo dentro de ese círculo energético que hemos logrado se pasa rápido entre la comida y la platica, nuestras miradas curiosas la llevan a contarnos más acerca de las dificultades que se le han atravesado en su camino, algunas de ellas, sobretodo la más reciente con su grupo de canto, parecidas a lo que hemos vivido en nuestros procesos educativos, en donde el compromiso se vuelve complicado, la tensión entre la libertad y la autoridad aumenta, las expectativas no corresponden a la realidad.

Sin embargo nos dice que la clave está en la pasión que le ponemos a lo que hacemos.

La pasión de Hebe nos contagia de esperanza en un mundo en el que pocos se atreven a alzar la voz, a equivocarse y saber que no es tan grave, a vibrar desde adentro, desde lo más profundo, a caminar haciendo el amor aunque eso incluya orgasmos que se pierden entre el placer y el dolor pero que al final nos permitirán parir mundos distintos.










No hay comentarios:

Publicar un comentario