viernes, 31 de marzo de 2017

Serie : lujos de la izquierda exquisita o de cómo hacerse adulto en la del Valle



¿Cuántos arroces se debe poner en el salero para que no se humedezca la sal? ¿cuántas veces se puede usar una toalla (o la ropa) antes de lavarse? (lo más posible) ¿las ollas con comida sobrante se pueden meter al refrigerador? (a falta de tuppers) ¿qué tan peligroso es comer cosas algo "pasadas"?( a veces no hay otra opción en el refri jiji) ¿hace mucho daño tomar agua de la llave?
Estas y otras preguntas me han venido a la mente desde que dejé de vivir con mi papá y mi mamá, así como reflexiones tales como que los vasos rojos “de la peda” pueden ser tuppers, los periódicos pueden ser manteles y las cucarachas son de muchos tamaños, prender un calentador por primera vez trae pensamientos relacionados con el apocalipsis y elegir detergente es más fácil si le preguntas a los vendedores cómo lavan su ropa, los frascos de mole vacíos pueden ser vasos y las sobras, manjares. Los saleros, exprimidores y ralladores son lujos y en la escuela nos debieron enseñar a abrir botellas sin destapa corchos. Los cartones pueden ser repisas y los botes vacíos: macetas, además la primera comida que preparas (y sabe rico y es suficiente) puede ser un éxito hermoso y un sinónimo de independencia es lavar y lavar trastes y ropa y sacar y sacar basura y gastar y gastar dinero sin saber exactamente en qué (qué caro es comer decentemente).

¿Por qué salirse de casa de papá y mamá?
Esa es otra de las preguntas que me hago y aunque en mi caso tuvo que ver sobre todo con las ganas de vivir esta experiencia con mi prima, así como con el hartazgo de realizar largos traslados a mi trabajo, lo cierto es que es algo que le recomiendo a cualquier joven que tenga la posibilidad.
La "independización" ha significado poder conocer mejor qué tan tolerante soy al desorden, qué tan bien o mal puedo organizar mis tiempos para lograr hacer todas las actividades que anteriormente "me hacían" sin darme cuenta, tales como tener agua potable, ropa limpia, comida suficiente, limpieza, botes de basura no tan llenos, plantas que no se mueran, las cuentas de agua, luz, gas, mantenimiento e internet pagadas, artículos de higiene corporal y doméstica, la cama no tan enrollada por no "tenderse" y todos esos pequeños detalles que de manera cotidiana se van presentando, incluso el detalle de tener espacios dentro de la casa que sean agradables a la vista.
Todos estos aspectos me han hecho reflexionar acerca de lo que significa hacerse "adulto" y aunque todavía no lo tengo muy claro, me gusta pensar que tiene que ver con poder caminar a la hora que quieras en las calles o parques y sentirte segura, poder alimentarte de manera basta y nutritiva (aunque a veces sea muy caro), tener un hogar en el que te sientas segura y libre, tener responsabilidades pero que se complementen con libertades y placeres, poder tomar decisiones sobre tu cuerpo, tus descansos, tus espacios, tus compañías, tus tiempos, tus recursos y con ello sentir que tienes tu vida en tus manos.
Con todo esto, he llegado a la conclusión de que en países como el nuestro, ser adulto es un privilegio de quienes podemos vivir en colonias como la del Valle, que en general tiene todos los servicios (aunque hay partes ya con problemas de agua), es bastante segura, iluminada, arbolada, con banquetas decentes y transportes variados, sin embargo debería ser algo que cualquiera pudiera experimentar y no sólo quienes pertenecemos a cierta clase social; en conclusión ser adultos es cuestión de derechos que se respeten y de que sigamos buscando, exigiendo y construyendo sociedades más justas, no tengo muy claro cómo pero reconozco que un primer paso puede ser identificar aquellas cosas y formas de vida que deberían pertenecer a todxs.

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