domingo, 2 de septiembre de 2012

Quizá pensar y actuar es una forma de luchar

¿Por qué luchar?
¿Por qué algunos y algunas quieren cambiar cosas de la realidad y ven más allá de su individualidad?
¿Por qué usar nuestras energías en acciones para cambiar algo?
¿Por qué en lugar de ir al cine y descansar un viernes, hay quiénes deciden caminar hacia un mismo lugar?
Esas son algunas de las preguntas que me hice camino al TRIFE el día de la marcha fúnebre por la muerte de la democracia..
En mis respuestas encontré que...
Quizá lucho porque es la forma que tengo de reivindicar la clase social de la que formo parte, que no elegí y que tampoco es fácil dejar, aquella que me ha dado tantas satisfacciones pero al mismo tiempo que me sitúa en responsabilidades, quizá lucho porque en gran medida existo gracias a otros y otras que lucharon, aquellos que salieron de su país natal a cuesta de balas, en contra de un franquismo que no los dejaba ser, que anduvieron sin rumbo pero con esperanza de recuperar su libertad, o aquellos otros que luchan día a día en un México lleno de incertidumbres que los hace encontrarse cerca de la muerte con mucha frecuencia, quizá lucho porque, ante tantas desigualdades, destrucción natural, injusticias, etc.sé que en el ser humano sigue habiendo más cosas de admiración que de desprecio. Quizá lucho porque la juventud es un estado natural para cuestionar lo que nos rodea, comprender al mundo e intentar construir otros desde abajo, donde nuestras opiniones se escuchen, donde no sólo unos pocos puedan decidir el rumbo del país, donde la participación no quede sólo en el voto, dónde los policías no sirvan para defender los intereses de "los de arriba", donde las conciencias se fortalezcan en el arte, donde encontrar un trabajo digno no sea tan difícil, donde las reformas beneficien a las personas  y no al capital, donde la propiedad privada sea sólo una mala forma de nombrar los derechos que a todos nos corresponden, aquellos que permiten desarrollarnos en todos nuestros sentidos, con el y la otra y no a costa de.
Quizá lucho porque sé que no hay diferencias que valgan para que unos vivan bien mientras otros sólo sobreviven...
Quizá lucho porque luchando me enfrento con lo que soy, aunque me desgaste y frustre a veces por no poder hacer más, aunque mientras más cuenta me doy de las dificultades del sistema en el que vivimos, más ganas de salir corriendo me dan...

Al final no tengo certeza de las razones que me hacen luchar y ni siquiera sé si realmente estoy luchando pero si de algo estoy segura es de que vale la pena creer que hay cosas que pueden cambiar y que no hay tiempo que esperar para empezar a actuar.

Quizá pensar y actuar, es una forma de luchar.

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