jueves, 4 de octubre de 2012

De paros y movimientos

"2 de Octubre, no se olvida" una de las premisas más importantes en la vida estudiantil que no sólo representa una fecha sino el proceso que hizo que las y los estudiantes se organizaran en esa época y a  pesar de la represión siguiera la lucha de algunos y algunas en diferentes ámbitos.
44 años después, las cosas en el país no han mejorado tanto como quisiéramos y de nuevo surgen movilizaciones y descontento de muchos sectores de la población.
Algunos estudiantes, formamos parte del movimiento #yosoy132 y este 2 de octubre de 2012, en la Facultad de Filosofía y Letras y en otros espacios decidimos que sería un día especial. Después de una Asamblea con más gente de lo esperado, se llego al consenso de que haríamos un Paro "activo", tal y como se había acordado en la Convención del #yosoy132 por 4 razones principales:
En solidaridad con la UACM, en conmemoración de lo ocurrido en el 68 y en contra, tanto de la imposición del presidente como de la reforma laboral.
Teniendo esto en mente, consideramos  (con algunos disensos) que cerrar los salones e invitar a las y los estudiantes al diálogo en los espacios públicos de filos, sería una buena forma de aprovechar ese día, así se hizo y desde la noche del 1°, se tomaron las instalaciones, se pusieron carteles y se planearon las diferentes actividades a realizar; las cuales iban desde mesas de diálogo en torno a los 4 ejes, recitales de poesía, música en vivo, representaciones teatrales y algunos brigadeos. Lo planeado se llevo a cabo aunque no fue como lo esperábamos pues la Dirección al enviar un aviso sobre el cierre de las instalaciones, hizo que mucha menos gente de lo normal asistiera a la facultad a participar en las actividades contempladas, lo que genero una autoreflexión sobre las formas que utilizamos para invitar a más personas a participar en las tomas de decisiones.
Sin embargo se lograron cosas y por lo menos en mi caso, al participar en la mesa de diálogo sobre el 68, me sentí satisfecha pues las ideas ahí vertidas nos sirvieron para reflexionar diferentes cuestiones.
Algunas de las más importantes tuvieron que ver con la relación que nosotros y nosotras percibíamos del movimiento estudiantil actual y el de 1968, situándonos en un contexto que al día de hoy nos permite hasta cierto punto la manifestación libre de ideas sin sufrir represiones tan directas (a veces) cosa que en esos años era imposible, en cuanto al plan de lucha, son claras las diferencias por los asuntos que se abarcan, aceptando que los 6 ejes de lucha del 132 parecen mucho más alejados de alcanzar por su amplitud, complicándose así nuestra labor, sin embargo con esperanzas concluimos que a pesar de nuestras diferencias, existen similitudes y son estas las que nos permiten replantearnos hacia donde queremos ir como movimientos y en dónde nos situamos en unos años; por lo tanto qué es lo que necesitamos hacer para llegar hasta ahí, teniendo claras las herramientas con las que contamos y nuestra posición en la sociedad, fomentando la conciencia de clase y quizá pensando que más que exigir como muchos otros movimientos lo han hecho, se trata de construir, en conjunto, innovando, apropiándonos de los medios de producción que no se han inventado y procurando tener al diálogo por encima de todo, con todos y todas.
¿Cómo?
Esa es una de las preguntas que más nos ha costado responder, sin embargo logramos construir algunas propuestas, por ejemplo: Buscar que todas las universidades, en cada una de las materias, procuren salir del "recinto arquitectónico", es decir planear una clase que se dé con esa población que no tuvo la fortuna de asistir a la universidad, como una forma de construir conocimientos colectivos y escuchar a otros sectores del país. Quizá con acciones de este tipo, logremos recuperar nuestro compromiso social como estudiantes sin quedarnos sólo en la labor académica; es triste ver la indiferencia de algunos estudiantes que siguen (o seguimos) es una posición egoísta, viendo por los intereses propios y cerrándose a la participación en la construcción de otros mundos.
Considero que como 132 debemos seguir construyendo espacios que recuperen la mayor cantidad de voces posibles y además de canalizar el descontento con acciones como las marchas,nos permitan ir llevando a la práctica aquello por lo que estamos luchando, cuestionando las formas democráticas existentes, dentro del movimiento pero sobre todo dentro de nuestras propias universidades. Pues otro tema que ha estado en el tintero tiene que ver justamente con "las formas" de lucha que prevalecen desde 1968, que se volvieron tradición y que quizá ya no cumplen con sus fines, como las marchas e incluso los paros. Ahora se ha innovado en formas de protestar por ejemplo con huevazos, sin embargo creo que nunca debemos de detener nuestra auto crítica y replantear cuál es la línea de lo pacífico pero sobretodo de lo legítimo para en la medida de lo posible ir avanzando con sensibilidad hacia donde, quizá desde 1968 o antes, mucho México quiere llegar.

1 comentario:

  1. Durante el tiempo que estuve en la UNAM me tocó estar del otro lado del paro. Siempre estuve en contra de cerrar la facultad y nunca me sentí en verdad escuchado. Las asambleas se alargaban por horas, y yo mas bien sentía que los que las convocaban jugaban a alargarlas lo mas posibles hasta que solo quedaran ellos. Además siempre me pregunté quien les dio el derecho de decidir por mi en una asamblea con cien votos de una comunidad de cinco mil personas.

    Y en ese sentido, quería decirte que no entiendo las razones esgrimidas para cerrar la facultad. Por un lado porque no me parece que necesitaran cerrar la facultad para realizar las actividades que planearon (poesia, musica, teatro), ¿porqué cerrar la escuela si no es menester?

    Y el segundo punto me parece aun mas relevante. Aun cuando fuese necesario cerrar la facultad para llevar a cabo las actividades que ustedes planearon, ¿quien les dio la autoridad de hacerlo?, ¿porque imponer su agenda sobre el resto de la comunidad de la facultad?.

    Por supuesto no se cuantas personas se reunieron en la asamblea donde se decidió cerrar la escuela, pero si las asambleas que ví como estudiante son buena referencia, apostaría a que se reunió una minoria de la comunidad de la facultad (tu misma dices que no esperaban una gran asistencia). Entonces como es que esta minoria (si mas de la mitad de la facultad votó a favor de cerrarla recibe una disculpa adelantada) tiene la autoridad o la capacidad, para imponer al resto de la comunidad su agenda?.

    Porque (de nuevo extrapolando de mi experiencia como estudiante), la asamblea reunida nunca fue designada por el cuerpo estudiantil como un representante con capacidad de tomar este tipo de decisiones, mas bien es un poder que se otorga a si misma en virtud de su capacidad de imponer su voluntad. Puesto de otro modo, creo que si la comunidad no asistio a la asamblea, o las actividades que se planearon (como tu misma mencionas), se estan pronunciando de manera muy clara sobre la convocatoria: no les interesa, porque de interesarles hubieran participado.

    Por ejemplo, ¿que pasaría si un grupo de estudiantes convoca a una asamblea para forzar la educacion religiosa en la facultad, y al asistir a dicha asamblea solo los interesados en la agenda, ganara la mocion? y entonces, puesto que fue decidido en una asamblea popular, el grupo de estudiantes cerrara la escuela hasta no ver cumplidas sus exigencias ¿sería una accion aceptable? ¿la consideraria el propio grupo de estudiantes que decidió cerrar la facultad este 2 de octubre como una decision avalada por la comunidad en pleno de la facultad?

    Todo esto es para decir que hay que tener cuidado con no caer en actitudes completamente autoritarias precisamente cuando de lo que se trata es de defender la libertad de expresion y la democracia, y que hay que respetar a la gente que no encuentra nuestras propuestas suficientemente interesantes. Forzar el cierre de la facultad y argumentar que la gente deberia estar mas involucrada es caer en el silogismo equivocado. Ninguna accion que afecte a la comunidad en pleno puede ser tomada por un grupo que no ha sido investido con autoridad para representarla.

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