lunes, 22 de agosto de 2011

Costumbres

.Hay muchas formas de llegar a un mismo lugar.

Los caminos que tomemos puede que sean muy distintos y esto determinar algo de lo que sucede en las trayectorias.

En mi caso, hay caminos que disfruto más que otros y con ello, hay formas que prefiero repetir, formas de hacer las cosas que me parecen disfrutables, bastante divertidas, seguras o simplemente "costumbres" que hacen que tome uno u otro camino.

¿Qué determina las costumbres? ¿son determinantes?
Esa es una pregunta que, desde mi punto de vista puede tener una gran cantidad de respuestas.
Puede ser que las determine el clima, los gustos, las necesidades, las mañas, etc. y también puede ser que determinen la salud, los tiempos, los espacios, etc.

En un país en donde mucho de lo que me pasa y todo lo que me rodea es nuevo, parece que mis costumbres se acentúan, sin embargo en muchos de los casos también se difuminan, cambian.

Como mexicana, hay cosas que me gusta seguir haciendo, por ahí algunos me ven raro cuando digo tantas veces "gracias" o contesto con un "mande" cuando no entiendo lo que me dicen, igualmente cuando desayuno mucho y me quejo si a mi comida no le puedo poner chile.

Argentina está llena de costumbres distintas para mí. Algunas las quisiera adoptar.
Por ejemplo el ritual del mate, es una constante que en un buen número de lugares lo toman, todos con la misma bombilla y siempre ofreciendo a quién esté cerca, pues mientas más sean los que comparten, mejor.

Hay costumbres que he tenido que cambiar, aca mi medio de transporte se ha vuelto el "subte" o lo que vendría siendo el metro en México, así también caminar y andar en "colectivo" (me gusta mucho esa forma de llamar al "pecero").

Tanto el colectivo como el subte me gustan bastante, me parece romántico el hecho de que un buen número de personas quieran llegar a un mismo lugar.

Estos días que he andado en Subte, he notado diversas actitudes, costumbres de cada persona durante los trayectos.
A pesar de que el movimiento en el interior no se siente tanto (a diferencia del metro en México) todos buscan desesperadamente un sitio del cual sostenerse, es como si no pudieran maneter el equilibrio por ellos mismos.
Curiosamente esto cambia cuando el transporte va lleno pues unos a otros se sostienen. Ese momento me gusta.

Al principio yo hacía lo mismo, me agarraba deseperadamente de lo que estuviera a mi alcance antes de avanzar pues no conocía el movimiento y no quería ser sorprendida sin "sostenerme" y caer sobre alguien más.

Después comencé a reflexionar sobre las formas o costumbres que cada uno tenemos durante los trayectos y decidí elegir la mía.
Ahora intentó no sostenerme de nada ni nadie, encontrar mi equilibrio y dejar que el movimiento me lleve  pero no me tire.
Claro que siempre procuro tener cuidado de no caer sobre alguien.

Confieso que no es fácil eso de encontrar el equilibrio, hay trayectos más movidos que otros en donde me dan muchas ganas de agarrarme. Sin embargo cuando logro llegar a donde quiero evitando esto, es mayor la satisfacción. Además procuro no perder la esperanza de que si algún día me caigo, habrá alguien para ayudarme a levantar y seguir en el camino, buscando mi equilibrio.

Hay muchas formas de llegar a un mismo sitio.

Algunos lo hacemos solos, otros buscan algún apoyo.

Al final creo que cada uno tenemos nuestras costumbres.

Diferentes formas de llegar a un mismo lugar.

Diferentes formas de disfrutar el camino.

2 comentarios:

  1. Todavía no sé si quiero acostumbrarme a estar lejos...

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  2. Hay un placer muy sutil en dejarse llevar por los movimientos suaves del subte, procurando no aferrarse a nada ni nadie para llegar a destino acunado por ese vaivén melodioso, que lindo que hayas sabido disfrutarlo.

    Fer O.

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