jueves, 1 de diciembre de 2011

Planes, Flanes.

Hoy empieza el último mes del año y curiosamente de mi estancia en Buenos Aires.
Todo lo que ha pasado han sido un conjunto de experiencias que giran en torno a lo que he planeado y a lo que ha surgido. ¿Por casualidad? tal vez, aunque en ocasiones soy creyente de la causalidad más que de la casualidad, sobretodo cuando me conviene.
Me considero alguien a quién le gusta tener planes y llevarlos a cabo, así como actuar sabiendo qué consecuencias tendré, es decir, moverme en relación con la causa-efecto.
Lo cierto es que en este viaje por diversos motivos, las causas no surten los mismos efectos y eso ha complicado un poco todo pues he aprendido aún más de un asunto que cruza muchas dimensiones: las expectativas.
La causa-efecto, ayuda a que construya una expectativa de los hechos o de las personas, sin embargo esa construcción puede estar más o menos cerca de la realidad. Cuando está cerca puede que se cumplan las expectativas pero cuando esta lejos; una de dos o me decepciono o me sorprendo (para el caso es lo mismo pero depende de como lo tome) y ahí comienza el dilema sobre quién es el culpable..¿la situación y/o la persona por hacerme esperar cosas que no son o yo por crearme expectativas falsas?
Es un tema complejo que se relaciona con la comunicación, los deseos, la imaginación y muchas cosas más que influyen en las ideas.
La construcción de expectativas y la concepción de causa-efecto que tanta historia tiene, se la podríamos adjudicar al pensamiento científico, el cual nos ha enseñado a esperar los mismos resultados del mismo procedimiento. Así también, hemos aprendido que el cambio es lo único constante, por lo que conocer a alguien o algo nos puede ayudar a identificar qué causas trairán qué efectos, aunque también significa estar preparados para el cambio, la sorpresa, la decepción o lo que sea que venga de uno u otro lado. Estar preparados para eso, no siempre pasa.

Muchas cosas en este viaje no han salido del todo como las esperaba pero parece que ese es el proceso de asimilación de los cambios.
La causa-efecto (causalidad) ha estado presente en varios momentos y gracias a ello he podido llevar a cabo varios planes, sin embargo muchas cosas no las he planeado y pareciera que ahí es en donde aparece la Casualidad y es a ella a quién cada vez le tengo más cariño pues a veces es mucho el tiempo que tardo para planear y al final, reconozco que acabo disfrutando más esos momentos que no planeo,
ese instante en el que la vida me sorprende.

Me gusta que se cumplan mis expectativas.
Pero creo que me gusta más sorprenderme.

4 comentarios:

  1. Sorpréndete de quien menos lo esperes y aprende de quien te decepcione.

    Bueno es que según yo entendí una cosa, a lo mejor me proyecté mucho y tú te referías a otra cosa... ¿o no sé nada? Bueno el chiste es que sigo de chismoso por acá.

    Salu2

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  2. Mi querida Andrea, te sigo y te leo.Quisiera decirte que me exasperan tus faltas de ortografía, la palabra espectativa no existe, no una sino cinco veces mal escrita.
    Aunque no es esto lo que quiero decirte, te leo y encuentro humildad en tu palabra,interés genuino en tus reflexiones y expresividad de tus sentimientos anclados. Eso vale bastante.

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  3. Gracias por comentar, se toman en cuenta sus palabras y correcciones, los sigo esperando por aca :)

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  4. A veces me parece que es más conveniente creer en la causalidad que la casualidad, como si marcase la diferencia entre la decepción o la sorpresa. Que es lo real o no, francamente no me importa (y aquí le doy la espalda al pensamiento científico), sólo sé que vivir en una constante sorpresa es lo que hace que valga la pena vivir esta vida.

    Fer O.

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