sábado, 30 de julio de 2011

A comer

Ya cumplí una semana en esta hermosa ciudad, la verdad todo me ha sabido a vacaciones, me he paseado mucho, he comido fuera y las preocupaciones han sido casi mínimas, sin embargo hoy ya me enfrente con algo que me empieza a aterrizar a la vida real.
El frío era tal para salir a comer (como casi siempre lo había estado haciendo) que mientras me dirigía a un restaurantito, me arrepentí de tal cosa y me dieron muchas ganas de comer en mi residencia, por tal motivo decidí pasar a un super a compar lo necesario para cocinarme, pero antes se me cruzó una carnicería y con ello mi primer problema: qué parte de la carne, de todas las variedades en este vacuno país, debía elegir, tuve muchas ganas de tener cerca a mi abuela para que pudiera recomendarme algo pero esta vez ella estaba bastante lejos.
La respuesta se me presentó de repente en un cartel de descuentos, así decidí que para esta primera compra debía elegir algo conocido y confiable, con esto en mente, tomé la oferta de 2 kg de milanesas, además de una pechuga en filetes. Salí de ahí conforme con mi compra.
A la vuelta me encontré con un supermercado, los dueños unos chinos de mala cara que tenían un buen surtido, ahora llegaba el momento más dificíl de todos: la toma de decisiones, era mi primera compra en la vida que sería solo para mí y que debía tener como objetivo una buena administración de los recursos, tanto para mi salud como para el bienestar de mi bolsillo. Con ese pensamiento me paralice por unos minutos en el pasillo de las pastas a pensar en lo mal planeada que estaba esta compra repentina, no tenía un plan de acción para lo que quería comer en la semana pero tenía hambre y la decisión estaba tomada: cocinaría algo, ya era tiempo de empezar con esas responsabilidades.
Lo primero que me vino a la mente que debía comprar era aceite para cocinar por lo menos las pechugas,después se me ocurrió  pedir un poco de fruta, un jiomate, huevos y por supuesto jamón y queso, de alguna manera eso fue lo que concideré "lo básico", por suerte antes de pagar me acordé que debía ponerle aunque sea un poco de saborcito, así decidí condimentar mi vida con sal.
Al llegar a cocinar, me preparé la pechuga con el jitomate, no me tapó ni una muela así que opte por tostarme dos panes y terminarme unas sobras que tenía de una pasta que había pedido el día anterior.

Al final mi primera comida mal planeada no me supo tan mal, me dio una buena lección y me ha tenido pensando constantemente en lo bien que comía en mi casa y en lo poco que conozco de cocina,  malacostumbrada estoy.
La escuela todavía no empieza así que creo que esta última semana la ocuparé en planear y practicar diferentes menús que sean algo balanceados y alcancen sólo para una persona pues aún no tengo cómo guardar los sobrantes, para esto además me faltan muchas cosas por comprar, el dinero ayuda pero no basta con él, también tengo que aprender mucho.

Por lo pronto con un poco de sal y mucha hambre ya estoy aprendiendo a ponerle sabor a esto de vivir "sola".

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